NOTA DE OPINIÓN – El mundo está cambiando, y con ello situaciones que no se creían que ocurrirían hoy están ocurriendo. La madre naturaleza ya dijo ¡basta! Es hora de calzarnos los pantalones, y gritar ciertas verdades que se están viendo y que los “poderosos” no quieren ver.Transitado un mediodía por el puente Iriondo del barrio Itatí de la ciudad de Las Toscas, me alarmé al ver el paisaje que se prestaba a ambos lados del puente. El curso, profundidad, y longitud del arroyo había cambiado drásticamente en poco tiempo.
Recordemos, hace un tiempo atrás no más de un mes, el estado en el cual se encontraba el arroyo Las Toscas. Ciudadanos tosquenses sacando fotos y alarmados por el desborde total del mismo, por la correntada tan veloz, por la profundidad indefinida, y por sobre todo, las tristes inundaciones como consecuencia de ello.
Al ver estas fotos, podemos afirmar claramente y sin conjeturas que el arroyo ha descendido, al ver los lotes de tierra sobresaliente, simulando montañas alrededor del mismo.
Ha cambiado, y mucho. Pero no es de extrañarse, con todo lo que está ocurriendo en el planeta tierra, en el mundo entero. Acontecen terremotos nunca antes vistos en lugares no ocurrentes. Grandes lluvias continuadas por crueles sequías. Olas de frío y nieve que no sucedían hace añares. Movimientos tectónicos, y extraños y desastrosos fenómenos naturales.
Hay que hacer algo, hay que empezar cuanto antes a cambiar un poco la mentalidad y preocuparnos por la madre naturaleza, y porque no decir, preocuparnos por nosotros mismos.
Por: Analí Macuglia