La campaña que se viene

FLORENCIA – NOTA DE OPINION – Frente a un panorama que se presenta con dificultades para la próxima campaña de girasol, la decisión de disminuir las inversiones en algunas tecnologías puede no ser la mejor alternativa para cuidar la rentabilidad del negocio. Por Ing. Ag. Fernando Zanier.Debido a la alta inversión por hectárea que demanda este cultivo, muchos productores desechan buenas prácticas de manejo que ayudan a cuidar los márgenes y bajar riesgos. Realizar muestreos de suelo para una aplicación correcta de fertilizantes, proteger la semilla para no afectar la implantación, caracterizar bien el ambiente y usar tecnologías que mejoren la eficiencia en el uso del agua, nutrientes y radiación, son buenas prácticas que colaboran con el óptimo aprovechamiento de los recursos disponibles.

La simplificación de la siembra directa al extremo de percibirla exclusivamente como “ausencia de labranzas” ha llevado, en algunas circunstancias, a errores conceptuales en el manejo de sistemas productivos. Pareciera ser que las reglas del mercado imponen un comportamiento empresario en función a los resultados inmediatos, basados en la ecuación costo-beneficios y, simultáneamente, alejan al productor del análisis encuadrado en la lógica de la sustentabilidad para lograr beneficios permanentes a través del tiempo.

Sumado a este contexto de incertidumbre, el Gobierno dijo que no piensa bajar las retenciones a la soja. La oposición política y la dirigencia ruralista exigen una quita parcial. Pero lo que no tiene sentido alguno es mantener los derechos de exportación del maíz en 20%. La voluntad de sembrar está, porque todo el mundo reconoce su importancia en la rotación. Pero es un cultivo que requiere el doble de inversión por hectárea que la soja. No hay plata, el mercado no funciona, las exportaciones están cerradas y sin horizonte cierto. El primer paso, entonces, es regenerar aunque sea una precaria confianza, facilitar el acceso a los insumos (fertilizante), abrir la exportación con generosidad, y brindar seguridad a los consumidores internos del grano de que se va a mantener en pie el régimen de compensaciones, que tendrá que caducar más pronto que tarde, pero que, por el momento, resulta indispensable para evitar un trauma mayor a los que agregan valor a los granos produciendo pollos, cerdos, leche o carne bovina.

Ing. Agr. Fernando Zanier