Psoas: el músculo emocional y su impacto en nuestro bienestar

Por Agustina Macuglia

El psoas es un músculo profundo ubicado en el centro de nuestro cuerpo. Pero no es sólo eso, sino que también es un centro vital que conecta nuestras emociones, postura, respiración y energía interna. 

En algunas filosofías orientales, al psoas se lo conoce como “el músculo del alma”. Se lo considera un centro energético principal del cuerpo. Cuanto más fuerte y flexible se encuentra, más libremente puede circular nuestra energía vital a través de los huesos, músculos y articulaciones.

El equilibrio motor

Este músculo cumple una función esencial: vincula el torso con la pelvis y las piernas, ubicándose justo en el centro del cuerpo. Esa posición estratégica lo vuelve clave no solo en la postura, el movimiento y el equilibrio, sino también en funciones tan vitales como la respiración. De hecho, cuando el psoas está fatigado o en tensión crónica, también se ve afectada la cantidad de oxígeno que podemos incorporar en cada respiración.

Para que un músculo pueda relajarse, necesita recibir estímulos adecuados que lo mantengan activo y funcional. Los músculos necesitan fuerza y elasticidad; se mueven dentro de ese equilibrio. Cuando desarrollamos ambas cualidades, logramos mayor amplitud, libertad y fluidez corporal. En el caso del psoas, esta capacidad cobra un sentido más profundo, ya que está íntimamente relacionado con nuestros estados emocionales.

Las consecuencias del estrés

El estrés, por ejemplo, tiene un impacto directo sobre este músculo. Frente a situaciones de peligro o tensión emocional, el cuerpo libera adrenalina, preparando al psoas para entrar en acción, correr o encogerse como forma de protección. Si este estado de alerta se mantiene en el tiempo, el psoas comienza a acortarse y endurecerse.

Esto puede generar una serie de molestias físicas como dolores en la espalda baja, abdomen, piernas, ciática, problemas de discos, degeneración de la cadera, menstruaciones dolorosas o dificultades digestivas. Incluso puede alterar la postura general y la función de los órganos internos.

Para cerrar

Tal como lo describe una mirada más integradora:

“El psoas sería como un órgano de canalización de la energía, un núcleo que nos conecta a la tierra, nos permite crear un soporte firme y equilibrado desde el centro de nuestra pelvis. Así, la columna vertebral se alarga y, a través de ella, puede fluir toda nuestra vitalidad.”

Cuidar el psoas es, en muchos sentidos, cuidar nuestro centro. Movilizarlo, estirarlo, fortalecerlo y también permitirle descansar, es una forma de armonizar cuerpo, mente y energía vital.

Fuente: yoguifeliz.com

Agustina Macuglia (29), nacida en Las Toscas, Santa Fe. Es masajista corporal y facial, bailarina y docente de danzas, formadora en tecnicas del masaje, escritora y creadora de contenidos sobre el universo del bienestar y el cuidado del cuerpo. Vivió en Rosario de 2014 a 2024 y en México desde fines del 2024 a mediados del 2025.