Ubicada en Florencia, la Reserva Natural Municipal Jardín Florido se consolida como un modelo de turismo sostenible, educación ambiental e inclusión social.
Desde su inauguración en abril de 2023, la Reserva Natural Municipal Jardín Florido, en Florencia, Santa Fe, ha crecido como un espacio clave para el turismo ecológico, la educación y la conservación ambiental. Con acceso totalmente gratuito y visitas guiadas por personal capacitado, el sitio combina la belleza natural con un fuerte compromiso social y educativo.
La técnica ambiental Patricia de Martín, a cargo de la Secretaría de Turismo, destaca que la reserva —de 23 hectáreas— ha sido visitada por turistas, vecinos e instituciones educativas de todos los niveles. “Contamos con nueve guías que ofrecen recorridos gratuitos, y cada vez más escuelas y estudiantes terciarios participan en actividades de investigación y educación ambiental”, señala.
Uno de los aspectos más notables de Jardín Florido es su riqueza ecológica. Tal como explica el profesor de biología Nicolás, que colabora en el inventario forestal de la zona, la reserva integra dos ecosistemas únicos: el bosque chaqueño, seco y adaptado a la aridez, y la selva en galería, húmeda y densa, que crece a orillas del agua. Esta convivencia de ambientes tan distintos en un espacio reducido convierte al área en un verdadero laboratorio natural de biodiversidad.
Además, la reserva forma parte del sitio Ramsar Jaaukanigás, una designación internacional que certifica su relevancia ecológica a nivel global. Esta inclusión impulsa tanto la conservación como la investigación científica, atrayendo el interés de expertos y generando nuevas oportunidades para proyectos sostenibles.
Uno de los pilares del éxito de Jardín Florido es el fuerte respaldo del gobierno municipal, que financia todos los costos operativos para asegurar que el acceso y las visitas guiadas sigan siendo gratuitas. “La idea es que todos puedan conocer, aprender y disfrutar del lugar sin importar su situación económica”, destacan desde el municipio.
Con actividades como senderismo, avistaje de aves y educación ambiental, la reserva no solo protege un entorno único, sino que también fomenta el desarrollo local, la conciencia ecológica y la participación comunitaria. Por sus características, Jardín Florido ya es considerado un modelo replicable para otras localidades de Argentina y América Latina que buscan equilibrar la conservación de la naturaleza con la inclusión social y el desarrollo turístico sostenible.