El biodigestor de la UNL, una experiencia de energía alternativa

El sistema que se instaló en Ciudad Universitaria demuestra que es posible disponer de los desechos de una manera amigable con el entorno y, a la vez, generar una energía alternativa.

La Universidad Nacional del Litoral (UNL) puso en funcionamiento un biodigestor en Ciudad Universitaria. Fue el resultado de la decisión de la comunidad, enmarcada en las políticas de UNLVerde, en el proceso de presupuesto participativo de 2015.

Unas 500 personas por día circulan de lunes a viernes por el Comedor Universitario de la UNL, que resultan en unos 36 kilos diarios de desechos de la cocina y de las mesas. La solución que ha dado la universidad fue la construcción de un biodigestor que además puede producir con esos residuos unos 4 metros cúbicos o, lo que es lo mismo, 4 mil litros de biogás por día. La iniciativa demuestra que reciclar los desechos y producir energía no es una meta inalcanzable.

Es más, se trata de un objetivo posible en cualquier ámbito con algo de conocimiento. De acuerdo con Orlando Giampaoli, que diseñó y llevó adelante la instalación inaugurada junto al rector Miguel Irigoyen este miércoles 7 por la mañana, son sistemas factibles y poco costosos. “El hecho de que haya pocos biodigestores se debe un poco al desconocimiento técnico para fabricarlos y de entender cómo funcionan. Sin embargo, a la larga se les dará la difusión que se les está dando a todas las energías alternativas como consecuencia del problema del costo de la energía convencional”, apuntó.

En este sentido, el especialista señaló que el biogás que se generará será 60% y 40% de dióxido de carbono, a diferencia del gas natural, que es 100% metano, y del envasado, que es propano butano y sobre todo renovable, ya que no proviene del petróleo como estos sino de un residuo sin valor. Con ese gas la comunidad educativa podrá calentar 206 litros de agua por día, por medio de un termotanque de 50 litros de capacidad y una hornalla que podría quedar encendida durante 11 horas, ambos a instalarse en el mismo comedor con posterioridad.




Biogás en la UNL
El biodigestor de la UNL, que tiene una capacidad de 12 mil litros de líquidos en descomposición, está preparado para funcionar con un mínimo de mantenimiento. Sólo hay que incorporar los desechos y agua para que las bacterias que están en el interior, que fueron previamente inoculadas, se encarguen del trabajo de descomposición. “Son bacterias anaeróbicas, que funcionan sin oxígeno, espontáneas, similares a las que se encuentran en los pozos negros desde tiempos inmemoriales, pero que se incorporaron a partir de una selección de las que hay en el biodigestor que posee la Cervecería Santa Fe, que tratan sus efluentes y utilizan el gas para sus calderas. Lo más importante del biodigestor es que hace un saneamiento, que se puede reciclar la materia orgánica”, contó.

Giampaoli, del Grupo de Energía No-Convencional de la Facultad de Ingeniería Química (UNL) de la UNL, agregó que sobre el biodigestor se instaló un gasómetro flotante, un tanque que puede acumular hasta 5 mil litros de biogás diariamente.

Además posee dos decantadores en las salidas del sistema, que mediante una bomba permite reincorporar los sólidos y realiza la carga de residuos frescos. La parte líquida se libera al terreno aledaño sin contaminar las napas y con una gran capacidad fertilizante, mediante un sistema de cañería de infiltración y oxidación superficial.

El sistema para el uso del biogás es muy seguro, aunque hay que tomar recaudos, como hacer las adaptaciones que se realizan en cualquier quemador a gas. “Nosotros decimos siempre que es más peligroso tener una garrafa que un biodigestor, porque en éste hay menos almacenamiento de gas y a muy baja presión. Además en el biodigestor no hay oxígeno, por lo cual no hay riesgo de explosión”, consideró.

Las experiencias con energías alternativas en la FIQ comenzaron en la década del 80, en un grupo de trabajo formado específicamente para el tema, mientras que el primer biodigestor funcionando a tiempo completo se construyó en 1992 en la Escuela Primaria “2 de Abril”, de Paraje Los Cerrillos. Más tarde, en 1995, se construyó otro en Alto Verde para la Escuela “Simón de Iriondo”, usando el biogás en un anafe del comedor escolar y en 2010 otro biodigestor se instaló en el Solar de Loyola Sur, en un trabajo conjunto con la Municipalidad de Santa fe. “Varios más se diseminaron en nuestra zona, varios en ámbitos escolares. Los biodigestores funcionan y es muy importante que ahora tengamos uno más grande y en nuestra propia casa, la UNL”, finalizó Giampaoli.