El cerdo y el pollo, los sustitutos

NACIONALES – La reducción del consumo de carne vacuna de ese año incentivó a sus sustitutos. Esa situación generó inversiones en granjas de cerdos y pollos y en el sector frigorífico, y mejoras en la calidad de ambos.Los precios baratos de la carne vacuna también impactan en la producción aviar y porcina, dos sectores que tomaron impulso en 2010, cuando se dispararon los valores bovinos en el mostrador. La reducción del consumo de carne vacuna de ese año incentivó a sus sustitutos. Esa situación generó inversiones en granjas de cerdos y pollos y en el sector frigorífico, y mejoras en la calidad de ambos.

Entre 2009 y 2010, el consumo de carne bovina había caído más de 10 kilos, de 68,7 a 58,2 kilos por habitante por año. En tanto, el consumo de pollo subió de 33,4 kilos por habitante por año en 2009 a 40 kilos en los primeros ocho meses de 2012 (en 2013 hubo una leve reducción a 39,5 kilos en igual período), según la información de Abeceb.com con datos del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) y el Ministerio de Agricultura. El consumo porcino aumentó de ocho a 10,1 kilos entre 2009 y 2013.

Para Carlos Disandro, presidente del mercado concentrador porcino, Pormag, ese incremento no sólo está relacionado con el encarecimiento de la carne vacuna, sino también con una mejora de calidad de la carne de cerdo y un aumento de las vías de comercialización. Y estima que podría llegar a 18 o 20 kilos en el futuro. En estos últimos años, también se observó un incremento en el consumo total de carnes (de los tres tipos), de 110,1 kilos de 2009 se cayó a 100,8 en 2010 pero, a partir de entonces, se recuperó hasta los 113 kilos actuales.

Según Abeceb.com, el factor precio es determinante para el comportamiento del consumidor local. “En los primeros nueve meses de 2013 el precio de la carne de res se elevó 12 por ciento con relación al mismo período de 2012, el cerdo creció cinco por ciento y el pollo, 23 por ciento. Esto se reflejó en las decisiones de compra: las de cerdo aumentan 21,3 por ciento; las de res suben 9,5 por ciento, y el consumo de pollo cae 1,3 por ciento”, sostiene.

“Nuestros productos sólo suben de precio cuando el mercado lo acepta y la carne de vaca pone una referencia al mercado del cerdo. Por eso, hoy nuestros costos suben más que los precios y afectan la rentabilidad”, dice Disandro. En el pollo, el impacto es similar: aquí, el precio subió y el consumo se resintió, lo que evidencia que no hay mucho margen de alza cuando la carne vacuna se mantiene.

La Voz del Interior