Vanesa de los milagros

NACIONALES – NOTA DE OPINION – Florencio Varela no es un lugar turístico, se encuentra en la zona sur del conurbano bonaerense, su población se multiplica con el pasar de los años proyectando los futuros votos que vendrán para la perpetuidad en la política. Por Leonardo Abrahan.Oscuras realidades que vomitan las noticias sobre Florencio Varela; lugar en el que crecí, me formé, jugué, construí mi personalidad, observé el esfuerzo cotidiano de mis padres, acumulé amigos, valoré el sacrificio incesante de los trabajadores silenciosos, vecinos llenos de humildad como de grandeza y sencillez.

No es un lugar turístico, se encuentra en la zona sur del conurbano bonaerense, su población se multiplica con el pasar de los años proyectando los futuros votos que vendrán para la perpetuidad en la política. De manos firmes y callosas; donde el pan cuesta y la generosidad abunda. Casas bajas, levantadas con ilusión y tiempo. Familias numerosas, con el corazón enorme.

La pobreza emerge en abundancia, la situación crítica se respira a cada paso, pies descalzos, ojos oscuros inundados por un horizonte desgarrado. Muchos quedan al costado del camino; mirando que las necesidades básicas a veces empujan el deseo; a veces encontrar un mango cierra la cortina abrupta del estudio.

Por todo esto, cualquier noticia que anuncie la localidad de Florencio Varela, viene de la mano de la sangre, el dolor, el asalto, la muerte, la inseguridad. Tanto acumula la pantalla que es inevitable que no llore el televisor. Secuestros, asaltos, vejaciones… La herida triste se ilumina con tremendos sobresaltos…

… Pero un día retumbó el silencio, y puedo mostrar en imágenes todo lo que trato y traté de explicar en palabras sin destino firme, queriendo resaltar, el lugar por el que conservo un inmenso orgullo. Donde puedo señalar aquellas personas de humildad y trabajo; de generosidad inquebrantable, de voluntad y sacrificio… De pensar en el otro, de dar sin pedir nada a cambio, de saber brindar y emocionar… El país estuvo siete horas pendientes de una acción inolvidable en Florencio Varela.

Vanesa de eterna calma calló, mientras caminaba con su hermana, por unas de las quintas que se esparcen por el sur varelense, un pozo de riego la tragó desde sus veinticuatro metros de profundidad. Milagrosamente descendió con la bendición de haberse encontrado con tierra acumulada que la detuvo y protegió de un triste final.

Con el desgarro de una madre ante la eventualidad del acontecimiento una cadena de valerosas acciones de personas antes anónimas hoy abrazadas por todo un país, que siguió con tensión ante el feliz desenlace.

Punto a punto, persona a persona: Vanesa, su entereza guardada en sus tres añitos, con la calma, con la firmeza de aguantar tantas horas con la caricia a la distancia de la voz maternal, aguantó en la profundidad oscura de un pozo de treinta centímetros de diámetro. Una mamá que ante lo inevitable de la inmensa caída, sostuvo el corazón para transmitir con su voz la calma que necesitaba su hija para favorecer el éxito del rescate. Todo el grupo de bomberos voluntarios de Varela, los vecinos de generosidad inquebrantable: algunos ofrecieron sus hijos para que se sumerjan a la profundidad temerosa para rescatar a la niña.

La confianza, esfuerzo, calma, profesionalismo y entereza del líder Marcelo Tucci, que llevó delante de manera excelente el rescate; sabiendo que contaban con la precisión para no llegar a las otras opciones, que llevaban más tiempo y más riesgos. Una cuerda, una cámara, la tecnología bendecida en estos tiempos para llevar adelante un acontecimiento emocionante.

El lazo llegó a destino, Vanesa, ante la voz de su madre, levantó los brazos, la cuerda se sujetó de las axilas, y el milagro empezó a ascender con la tensión en la oscuridad de la pampa verde de Florencio Varela. El trabajo minucioso, la vista perpetua en el monitor del Gobernador de la Provincia de Buenos Aires: Daniel Scioli, junto al Intendente Municipal: Julio Pereyra, y en la pantalla los ojos del país… Con la profundidad de su mirada clavada en las luces y buscando a su madre emergió Vanesa, la algarabía estalló en un llanto, los abrazos se multiplicaron, la felicidad se sumergió en cada hogar, en cada familia, todo fue alivio, todo fue satisfacción…

A la mañana del otro día disfruté las noticias, las imágenes que repetían constantemente el acontecimiento maravilloso; las radios estremecían desde su audio; periodistas abalanzados buscando información de último momento; las cámaras apuntaban a Vanesa recostada en una cama del Hospital para chequear su estado de salud. Todos los noticieros pedían el móvil a Florencio Varela, esta vez sin buscar algún asalto, muerte, secuestro, inseguridad… Esta vez la pantalla buscaba la vida, la satisfacción, la felicidad… Buscaban a Vanesa de los milagros y yo con cuerpo varelense con el corazón en Santa Cruz contemplaba a la distancia orgulloso con la emoción latente ante una lágrima que atravesaba mi rostro…

Leonardo Abrahan