Opinión: «¿Ajustamos cinturones o saltamos?»

Transitamos, como podemos, una de las semanas más calurosas del año. Al igual que la sufriente imagen de los cultivos, escucho muchos argentinos sentirse “quemados”, queriendo y no sabiendo cómo resistir. Sin embargo, el verano también nos invita a conectarnos con la pausa, y la oportunidad de generar cambios, para la página en blanco de los más de 350 días que restan del 2022.

Sobrevolemos juntos y divisemos algunas variables claves, para definir: ¿Ajustamos cinturones o saltamos? Te ayudamos a decidir.

Divisando algunas variables

1) Inflación
Compartimos el podio con Venezuela y Sudán, integrando los tres países del planeta con mayor registro inflacionario.

De acuerdo al informe del INDEC al redactar esta columna, la inflación 2021 cerró con un 50,9% anual, casi 15 puntos porcentuales más que en 2020 que fue de 36,1. No comprendemos de qué curva descendente habla el presidente, y más aún de atribuir a «causas psicológicas» su origen.

En mi blog principios de mayo escribí:
“La INFLACIÓN es el problema. La “madre” es el DÉFICIT FISCAL. Argentina es una casa grande, donde se gasta más de lo que ingresa.

La “abuela” JUSTICIA pareciera que ya no es ciega y funciona de acuerdo a quien. Los pocos hijos que van quedando y que producen, están agotados de mantener al resto de la familia que crece”.

2) DÉFICIT FISCAL: ¿Es “la madre” de la inflación?
El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) investigó las últimas 6 décadas concluyendo que

“Argentina tiene un problema fiscal crónico y recurrente: de los últimos 61 años, 54 los ha finalizado con déficit fiscal. Es decir, en 9 de cada 10 años, los ingresos no han sido suficientes para financiar el nivel de gasto público ejecutado”.

Gráficamente tomando desde el 2008:

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3) Presupuesto Nacional
La Ley de Presupuesto Nacional 2022 aún no se encuentra aprobada por ambas cámaras. Sin embargo, la historia, nos delata como un país indisciplinado.

En otro análisis de los últimos 21 años el IARAF, concluye que sólo en tres de los últimos veintiún años, los ingresos públicos totales resultaron superiores a lo presupuestado: 2001, 2003 y 2020. (85% de los años)

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El mismo informe cita “En el caso del gasto público total, sólo en dos de los veintiún años el gasto nominal resultó inferior a lo previsto: 2001 y en 2003. (90% del total). Aunque dichas variaciones fueron significativas, en 10 casos se llegó a duplicar la tasa de crecimiento del gasto.”

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Si seguimos imaginando a Argentina como una familia en una casa grande, ¿cómo es posible gastar más de lo que ingresa? Por dos engañosas vías de escape, que terminan siendo una trampa: financiamiento o emisión.

Ya sabemos los problemas de endeudamiento crónico, donde aún el gobierno no está pudiendo llegar a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

Así que, emitir, hace caer a esta familia argenta una y otra vez, en la ilusión que así es más feliz y podrá comprar todo lo que quiera.

En todo el 2021, se emitieron 1,93 millón de millones, que el BCRA absorbió con letras y pases que crecieron en el mismo importe, alcanzando un total de 4,7 millón de millones, a un costo de hasta el 38% anual. Recordá, que estas letras y pases representan casi 50% del stock de los depósitos en bancos, quitándole posibilidades de financiamiento al sector privado que necesita para poder invertir y financiar su capital de trabajo.

Como un perro insaciable que se muerde la cola, más déficit, genera más emisión, más financiamiento, más gasto, más déficit, generando una inflación que como una piedra enquistada en el zapato, no nos permite avanzar y liberar nuestro potencial.

Con esta estrategia sólo se genera más hambre y pobreza que hoy alcanzaría el 44% de acuerdo a las últimas estimaciones de la UCA.

4) Gasto público: ¿está bajando?
Sí. Sólo que a costa de algunos actores. Lo podrán observar visualmente en este gráfico, donde el IARAF compara la composición y variación del gasto en el acumulado enero/noviembre 2017 vs 2021

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Así, los olvidados fueron principalmente los jubilados, pensionados, siguiéndole los empleados públicos, transferencias para inversiones de capital a provincias, transferencias a universidades, y asignaciones, que perdieron poder de compra ante una inflación que superó el 50% en el 2021.

El menor apoyo a estos sectores, el gobierno nacional los destinó a subsidiar principalmente la energía, que creció $604.857 millones, para nuevamente hacer creer a los argentinos que disponemos de luz y combustibles baratos.

Además, crecieron fuerte otros planes sociales, como el Progresar, orientado principalmente a jóvenes que capitalizaron $ 585.302 millones. Finalmente se realizaron mayores transferencias por $ 48.962 para gastos corrientes a provincias.

5) El campo: “el pavo” de la boda
Vayamos ahora por el lado de los ingresos ¿Quién paga también la fiesta de gasto público? Hay que sacrificar a alguien, que no le duela a la sociedad, es más que hasta lo celebre.

Así “el pavo de la boda” sigue siendo el campo, que aporta casi 7 de cada 10 dólares que ingresan por exportaciones, como fue en el 2020 y así también lo muestra el acumulado enero /noviembre 2021 de acuerdo al INDEC.

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6) Derechos de exportación
Los derechos de exportación, en realidad son un impuesto al productor, ya que descuentan de precio así ese grano no se exporte. Este impuesto confiscatorio, por sus niveles en algunos productos, unido a la imposibilidad de convertirlos a dólares oficiales, y las propias distorsiones de la industria hacen que el productor argentino reciba por su grano la menor cotización del mundo.

En base a un análisis realizado por el periodista Carlos Etchepare, tomando nuestra producción de campaña 2021 a su valor FOB internacional, los agricultores argentinos recibieron en 2021 U$s 37 por cada U$s 100 que generaron, quedándose entre el Estado nacional principalmente y otros actores, los restantes U$s 63, apropiándose, a riesgo “0,” un total de U$s 31.019 millones.

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En el mundo, se apoya con políticas de incentivo positivas al sector agrícola, considerando que es una industria a cielo abierto. En Argentina, estas políticas tienen signo negativo, quitando recursos al principal sector que le genera las tan escasas y necesarias divisas. Paradójicamente se traban sus exportaciones de trigo, maíz y carnes.

Como le ocurrió al gobierno anterior, no se dimensiona el impacto que la sequía puede provocar al ingreso de dólares y a la recaudación.

El último Panorama Agrícola Semanal de la Bolsa de Cereales, publicado el 13/01 vuelve a reducir el área de soja en 100.000 hectáreas, por la por la imposibilidad de culminar con las tareas de siembra, la que alcanzaría 16,4 M has.

El informe de Estado y Condición de Cultivos de la misma entidad, califica “como regular/Mala afecta a más de 4,4 MHa de soja, equivalente al 29 % del área implantada, sumando 16 puntos porcentuales en esta categoría durante los últimos siete días. En paralelo, la condición hídrica Regular/Sequía compromete al 60 % del área sembrada”

Tener en cuenta que Argentina es el principal exportador mundial de harina de soja del mundo, concentrando un 40%, y el tercero de maíz.

Si bien ya se implantó el 86,4% de las 7,3Mha de maíz, muestra un retraso interanual de 4 puntos porcentuales. Se relevó una condición hídrica Regular/Sequía en el 53 % del área sembrada, el equivalente a más de 3,3 MHa.

SI ALGUIEN MEJORA, MEJORAMOS TODOS
Vuelve a mi mente una infografía de Fundación FADA del impacto que la baja en retenciones, derramó en la economía:

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Las evidencias demuestran, cómo la mejora en las condiciones para producir en un sector, expande la torta de actividad en el resto de la cadena, generándose un círculo virtuoso donde todos salimos fortalecidos.

Ahí es donde debería ponerse foco: en cómo generar condiciones que permitan a la actividad privada prosperar, donde el Estado también se beneficia para poder brindarnos mejores servicios, infraestructura, e inversión pública que genera más empleo, retroalimentando el círculo.

Sí: si alguien mejora, mejoramos todos.

¿Ajustamos cinturones o saltamos?
Como en cualquier familia, y empresa parte del camino es parar, divisar de donde partimos, cómo y dónde estamos, ajustando los cinturones para ser más eficientes en los gastos. Rankear. Sincerar. Va a ser doloroso para todos. Aunque es indispensable, para terminar con estos indicadores que nos piden a gritos cambiar el rumbo. Las tarifas en algun momento deben actualizarse y es necesario vayas realizando ajustes en tu matriz energética.

Aún con inflación de más de un 50% y una devaluación estimada que superará esta marca, siempre que consigas crédito financiero por debajo de dichas tasas, y por encima de tu tasa de rentabilidad, podrás apalancar tu crecimiento.

La elevada carga tributaria te quita oxígeno, obligándote a no quedar atado al cinturón, ni paralizado. Te invito a asomarte a la ventana de oportunidades para poder transformar los pesos que se derriten, o los granos que si permanecen en existencia originarán más impuesto a las ganancias, en activos dolarizados.

Se necesita participar más activamente en las instituciones que nuclean las diferentes actividades para defendernos de una carga tributaria asfixiante. «Los productores se quejan, pero se quedan en la casa». Como sabiamente ha expresado la Presidente de Sociedad Rural de Rosario, María Soledad Aramendi.

Dar el salto, no es sólo “saltar el charco”, como los más de 200 jóvenes argentinos que emigran buscando mejores oportunidades Tal es así que hasta despertamos la atención de la cadena televisiva estatal suiza RTS quien menciona esta dura realidad como una “fuga de cerebros sin precedentes”, como pudo leerse esta semana en Infobae. Es un camino. No el único.

La sensación de estar sólo ajustados al cinturón, nos paraliza. Cuando debería motivarnos a hacernos preguntas, cómo salir de esa situación. Qué es lo que se hizo mal, o no se hizo, para que estemos repitiendo siempre la misma historia. De los lugares que se estuvo ausente, mientras se producía eficientemente tranqueras o puertas adentro.

Para quienes no puedan emigrar o elijan seguir luchando para hacer menos atroz el encanto de ser argentino (parafraseando a Marcos Aguinis), como coach de negocios te regalo preguntas poderosas para alentarte a realizar un salto más placentero que te permita tomar oxígeno y evolucionar:

¿En qué negocio estás? Describirlo correctamente te abre posibilidades de pensar fuera de la caja. Te sugiero definirlo por los problemas que resuelvas. No caigas en la tentación de encasillarte en tu producto.
– ¿Tu propuesta de valor sigue siendo atractiva?
– ¿Cambiaron los puntos de dolor de tu SEGMENTO de clientes?
– ¿Podés dirigirte a nuevos sectores?
– ¿Sigue siendo viable CÓMO llegás a ellos? ¿Hay otras formas más creativas?
– ¿Mantenés vivo el vínculo con tus clientes?
– ¿Cómo podrías diversificar, potenciar o eliminar fuentes de ingresos?
– ¿Qué nuevas estrategias de precios podés implementar?
– ¿Te estás apoyando en las herramientas de los mercados de futuros
– ¿Quiénes son los socios y aliados de la cadena de valor claves con quienes construir alianzas?

Si tu presente, es consecuencia de tu pasado.
Tu futuro, será consecuencia, de lo que hagas desde hoy.

Espero que esta columna te haya motivado no sólo pensar por dónde ajustarte el cinturón, para ser más eficiente. También, una vez nivelado el vuelo, te entusiasmes a asomarte a la ventana para detectar el lugar, momento oportuno y junto a quienes, para dar saltos superadores en tu bienestar personal, en el de tu equipo, la gestión de tu negocio, y el entorno de esta bendecida tierra.

MÓNICA ORTOLANI
CPN – Coach especialista en agrofinanzas y desarrollo de equipos