Mapa politico elecciones presidenciales en EEUU

INTERNACIONALES – Cada 4 años los Estados Unidos celebran elecciones presidenciales, en un proceso que se ha tornado ininterrumpido desde la aprobación del texto constitucional allá por 1789. Por la Lic. Florencia Portella.Lograr una comprensión cabal del funcionamiento del sistema político y electoral norteamericano, requiere abstraerse de las reglas y prácticas del sistema electoral tal cual se lo concibe en países donde el electorado elige en forma directa a su presidente y vicepresidente.

En primer término hay que advertir que en los Estados Unidos el voto es voluntario, es decir, las elecciones no son de carácter obligatorio, de modo que es necesario registrarse para poder ejercer el derecho al voto. Seguidamente, mencionar que la instancia de elección presidencial es de carácter indirecto, lo cual implica que el electorado no elige directamente al presidente sino por intermedio del colegio electoral donde los votos son aportados por cada uno de los 50 Estados, más un distrito federal, que es el Distrito de Columbia (con 3 electores en el colegio electoral). En este sentido, es interesante destacar que son los electores (por intermedio del mencionado colegio electoral) y no los votantes registrados quienes en definitiva eligen al presidente de los Estados Unidos.

La cantidad de votos electorales que cada Estado tiene en el colegio electoral, está en directa correlación con el número de representantes en el poder legislativo federal. Consecuentemente, dicho número nunca puede ser inferior a 3, en tanto todos los Estados tienen 2 senadores y al menos 1 representante en la cámara baja, cantidad que fluctúa en función del tamaño de la población de cada Estado, de acuerdo a los censos realizados cada 10 años.

Por ejemplo, hay Estados como es el caso Wyomin que tiene el mínimo de representantes, mientras que existen otros como California, que cuenta con 55 miembros en el colegio electoral, en consonancia con los datos arrojados por el último censo realizado en el año 2010. De modo que la importancia y la necesidad de captar a cierto tipo de electorado, está dada entre otras cosas, por el tamaño de la población y el número de electores que un Estado tiene en el colegio electoral. Por consiguiente, cada Estado tiene un peso específico que le es propio en la elección del presidente.

Actualmente, el mencionado colegio electoral está compuesto por 538 miembros y tanto el Presidente Obama como el Gobernador Romney necesitaran obtener al menos 270 votos electorales (la mitad más uno) para ganar la contienda. Pero los ciudadanos registrados para votar, no lo harán directamente por el candidato, sino por una lista de personas (los electores del colegio electoral) que se comprometen a votar en dicho colegio por el candidato de ese partido. Ahora bien, en casi todos los Estados, se ha optado por el sistema conocido como “winner takes all” (el que gana se lleva todo), donde el partido del candidato ganador en ese Estado, se lleva todos los votos. La excepción a esta regla, solo se da en Maine y Nebraska, donde aún se dividen a sus electores en proporción a la cantidad de votos que gano cada partido en el Estado.

En Estados Unidos el sistema bipartidista, de la mano del partido Republicano y Demócrata, domina la escena política. En ambos casos, el rol fundamental de dichos partidos, está dado, no sólo por las estructuras institucionales que ofrecen a los candidatos, sino también porque las más de las veces determinan sectores bien concretos del electorado, así como grupos de presión específicos. Sin embargo, se advierte una cierta propensión por enfocar más el proceso electoral en la figura del candidato que en el partido en sí mismo.

La tendencia señalada en el párrafo precedente, estaría en consonancia con algunos aspectos estructurales de los partidos en Estados Unidos. Se trata de partidos poco formalizado; con una estructura descentralizada e independiente; política e ideológicamente flexibles y profundamente pragmáticos. De modo que no necesariamente predomina una visión uniforme a lo largo del tiempo, y por ende, tampoco se necesita encajar plenamente en la plataforma del partido para ser parte de él.

Desde hace ya varios años, hay Estados que viene escogiendo invariablemente a candidatos del mismo partido. Consecuentemente, si se observa el actual mapa electoral, es posible identificar de antemano a los denominados Estados “rojos” (color que identifica al partido Republicano) que tanto por su histórico voto republicano; como por su tradición política conservadora y su composición socio-demográfica ─población predominantemente angloamericana y rural─, votarán por el candidato Republicano, Mitt Romney. En ese mismo sentido, es factible predecir cuales van a ser los Estados “azules” (color con el que se identifica al partido Demócrata) donde el voto favorecerá claramente al Presidente Obama. Se trata de los grandes centros urbanos en ambas costas, mucho más liberales políticamente, con una alta densidad poblacional, y un elevado número de residentes latinos y afroamericanos.

Sin embargo, el mencionado mapa electoral, está muy lejos de poder indicar a las claras quien se quedara con la victoria final, puesto que aún hay varios Estados, los denominados Estados Swing, o indecisos que no dejan vislumbrar si el voto favorecerá a uno u otro candidato. Es en estos Estados donde se juega la carta más importante de la contienda, puesto que ambos candidatos deberán captar a ese “electorado indeciso” que no es necesariamente ni demócrata ni republicano. Además, en estos Estados es de gran relevancia el denominado “voto latino” y no porque la población latina sea esencialmente indecisa, sino por el exponencial crecimiento demográfico de ésta en los Estados Swing.

Dentro de la categoría de “indecisos”, se encuentran grandes Estados como Florida con 29 electores en el colegio electoral; Virginia con 13; Colorado con 9; Nevada con 6, pero también Estados mucho más pequeños como New Hampshire, que con tan solo 4 votos electores puede terminar decidiendo la elección presidencial.

Ante el panorama descripto, sumado a los datos aportados por medios tales como el Washington Post, es factible visualizar que 21 de los 50 Estados (mas el Distrito de Columbia) ya se han decidido por el candidato republicano, mientras que 16 lo harán por el candidato demócrata. A su vez, hay 7 Estados, que si bien no se sabe con certeza cuál será su decisión final, si muestran una cierta inclinación por uno u otro candidato. Mientras que son 7 los Estados que aún no han decidido a quien favorecerán con su voto.

A poco menos de 3 días para el 6 de noviembre ─fecha fijada para celebrar las elecciones─, el mapa electoral aún no está definido. Tanto Romney como Obama deberán convencer a ese electorado indeciso, y lo más probable es que la tendencia seguida por ambos candidatos a lo largo de la campaña se mantenga e incluso se profundice. Obama priorizando una agenda más social, en la que supo y pudo lograr ciertas políticas de corte más progresistas durante su primer mandato y Romney, tratando de redireccionar constantemente la agenda de lo estrictamente social a lo meramente económico, haciendo especial hincapié en los altos índices del desempleo que el Presidente Obama, no ha podido revertir de manera significativa durante los últimos 4 años.

  Por la Lic.Florencia Portella para Paralelo28