Lanzados al fragor de las internas

PROVINCIALES – FRENTE PROGRESISTA CÍVICO Y SOCIAL – Ya no hay vuelta atrás. Bonfatti, Giustiniani y Barletta disputarán sus candidaturas a la Casa Gris en las elecciones primarias. La unidad del PJ obliga al oficialismo a replantear estrategias.En una carta dirigida a Francisco Ramos Mejía, Domingo Faustino Sarmiento le lanzó una ácida advertencia: “No tome en serio las cosas que digo, porque son voluntariamente inexactas; estaba hablando de política”.

En el socialismo, muchos creían que cuando Rubén Giustiniani dijo en octubre pasado que a principios de 2011 iba a definir si iba a competir por la gobernación eran palabras voluntariamente inexactas, porque hablaba de política. No pensaban que el senador nacional y presidente del Partido Socialista no tuviera aspiraciones de ser postulante para reemplazar a Hermes Binner, sino que estaban seguros de que lo iban a disuadir. A principios de diciembre el propio ministro de Gobierno y Reforma del Estado, Antonio Bonfatti, blanqueó: “Siempre vamos a tratar con el mate para encontrar un acuerdo; sino están las primarias”.

La mateada para lograr que Giustiniani continuara con su labor parlamentaria y la presidencia del partido (cuyas autoridades se renuevan en mayo) y evitara competir en la interna no prosperó y hoy ya están lanzados sobre suelo seguro tres candidatos del Frente Progresista de cara a la interna del 22 de mayo: Bonfatti, Giustiniani y el radical Mario Barletta. La semana pasada Bonfatti presentó su candidatura en la ciudad de Santa Fe en un multitudinario acto en el Colegio Inmaculada, el mismo lugar donde el sábado Giustiniani hizo lo propio.

Los mitines sirvieron para confirmar la posición de cada sector y la decisión de competir en las internas. “No hay vuelta atrás y ahora hay que poner toda la energía en la primaria”, señalaron desde el entorno del gobernador. De ahora en más la idea es insistir con más determinación que el ministro de Gobierno es quien continuará con la gestión. Binner se pondrá la mochila de la campaña pero tratará de bajar el nivel de confrontación con Giustiniani, a quien cruza cada vez que se le atraviesa. Y sobre todo el trabajo en el entramado del interior provincial, donde durante este último tiempo se entabló una relación distinta con los presidentes comunales y referentes territoriales, espacio donde el radicalismo tiene una estructura aceitada desde hace muchos años. En este período que resta para los comicios se hará más palpable y clara la presencia del Estado, a través de obras, en lugares donde no había ni pasto.

En cambio, el senador nacional y presidente del Partido Socialista seguirá en la misma línea, reafirmando que hay un solo programa del Frente Progresista y que él también es la continuidad de la actual administración. En este complejo escenario electoral, al gobierno provincial le será más trabajosa la estrategia de la interna que la general, en la que las diferencias con el justicialismo son palpables y claras.

En la interna del Frente Progresista será fundamental la postura que tomará el intendente Miguel Lifschitz, tentado por el binnerismo para un tercer período. Ayer Lifschitz dejó flotando nuevamente una definición. Las negociaciones para que siga un período más al frente del Palacio de los Leones están casi agotadas, y el intendente rechazará la oferta. En el medio está el enigma sobre quién podría ser su sucesor. Lifschitz debe decidirse entre dos candidatos y Binner por el suyo: Raúl Lamberto. “Es una pena que Miguel no haya aceptado pero entendemos que un tercer mandato implicaría un desgaste muy importante”, apuntaron. “Miguel tiene la decisión para ocupar el cargo que él considere necesario, ya que indudablemente es un candidato de lujo”, sostuvo Bonfatti.

Nuevas cartas, con el PJ unido
Pero el escenario político cambió mucho después del último fin de semana, no sólo por la oficialización de la candidatura de Giustiniani, sino porque el peronismo decidió dejar por un momento las diferencias de lado y selló la unidad en el congreso del PJ, donde el precandidato del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, prefirió eliminar sus amenazas de ir por fuera del partido.

Tras la unidad sellada en el PJ, en el Frente Progresista quedaron algunos interrogantes suspendidos en el aire, sin demasiadas respuestas ante un escenario que –en los papeles– no estaba craneado al inicio del juego electoral. Incluso, la confirmación de la unificación partidaria del peronismo en Santa Fe para Todos parece haber trastocado los roles y ahora el que aparece fragmentado de cara a las elecciones internas es el Frente Progresista.

“La gente tiene para confrontar dos modelos: el que estuvo 24 años al frente de la provincia y éste que viene en estos tres años. Ahora por primera vez hay un proyecto; Santa Fe sabe dónde va”, afirmó Bonfatti, en su primer análisis después de que saliera el humo blanco en el edificio de calle Crespo de la ciudad de Santa Fe, sede del justicialismo.

Mario Barletta, precandidato radical a la gobernación por el Frente Progresista, sostuvo a Cruz del Sur que “lo que queda claro es que ahora hoy dos frentes políticos en la provincia. Siempre es bueno que los partidos se fortalezcan porque ayuda a la democracia”, consideró el intendente santafesino.

Giustiniani consideró en el acto en el colegio Inmaculada que el “adversario del Frente Progresista es el PJ”.

Germán de los Santos – cruz del sur