NACIONALES – GANADERÍA – Evidentemente, los incrementos desmesurados en la matanza de hembras, tantas veces observados oportunamente, han potenciado el problema, que se dificulta la recuperación del stock por insuficiencia de vientres. Por Aldo Norberto Bonaveri.Cuando los analistas comentábamos los horrores que se estaban cometiendo en materia de ganadería, y en consecuencia señalábamos sobre el tiempo que llevaría recomponer el stock que se destruía, desde las esferas gubernamentales hacían caso omiso a esas advertencias, negando sistemáticamente los “presagios agoreros” que “desinformaban a la opinión pública”.
Habida cuenta de los períodos que demandan los ciclos biológicos de la actividad, (para llegar a ser faenado un novillo requiere de dos años y medios a tres), sumado a las improvisaciones letales ensayadas por el inefable Guillermo Moreno, como así mismo a la sobreoferta transitoria que generaba la faena de hembras por liquidación de rodeos, hasta producirse el blanqueo de la realidad sobre fines del año pasado, en algunos sectores de la población e inclusive por parte de periodistas no especializados, se llegó a pensar que quienes anticipáramos el drástico desenlace estábamos exagerando.
El aumento sostenido de los precios de la hacienda, la falta de la misma, el encarecimiento de la carne y la abrupta baja del consumo evidenciado durante el año en curso, me eximen de profundizar sobre el particular. No obstante, es importante destacar para quienes no tienen la obligación de conocer con precisiones el proceso, que pese a la buena rentabilidad que ahora sí tiene la actividad, (la que lamentablemente muchos ganaderos no pueden aprovechar, por haber tenido que malvender buena parte de sus rodeos) , por las mismas razones que antes se demoraba en reflejar la verdadera situación, aún sigue cayendo el número de cabezas, inclusive más de los estimado. En sólo los primeros 7 meses del año, la caída es del 8% con relación al 2009.
Aldo Norberto Bonaveri
