Un cacho de cultura

VILLA OCAMPO – CUANTO HACE? – Después de jurar como concejal Estela Yaccuzzi, dejando el cargo de Directora de Cultura, parece ser que los ocampenses dimos un paso al costado y nos quedamos con la sensación de haber disfrutado de un año con acontecimientos culturales.Ya nada queda, parece ser la frase en cultura, cuando todos sabemos que queda y mucho por hacer, sabiendo además que hubo muchos acontecimientos culturales vividos en el 2009.

Es difícil interpretar la decisión de dejar sin efecto y durante varios meses una dirección sin un intérprete, alguien que tome las riendas del deber y avasalle tomando el poder de realizar eventos culturales, musicales, de exposición, de conocimientos, etc., de manera tal de mantener viva la continuidad sobre los distintos ítems que figuraban en la plataforma electoral y donde la fatiga de la rutina de gobierno no afecte a ningún funcionario, ni siquiera a la dirección de cultura, que hoy por hoy, solo está siendo observada por una ciudadanía que pregona y pregunta qué pasa con ella.

Se habla de cambios, de posibles candidatos, que éste o que aquél, pero hasta el momento no aparece nadie. Será que Paduán estará convencido a quién poner….?, tendrá en su cabeza el nombre de la persona, pero no lo dejan?.

Cuestiones que nos hacemos los ocampenses y hasta el presente no encontramos respuestas. Y sabemos que las respuestas son parte de las preguntas que la jauría de la ciudadanía intenta desvelar este secreto entre paredes.

Nos quedamos sin cultura durante casi 90 días y parece que no ha pasado nada. No hay reclamos, no hay análisis de esta situación, no se levantan voces de protesta públicas reclamando “un cacho de cultura”, para aquellos que por sus razones de vida, difícilmente puedan disfrutar sin salir de sus casas, de sus hogares ocampenses.

Los ocampenses gustan disfrutar de vez en cuando algún evento cultural, la sociedad quiere y reclama, aunque parezca que no. Somos, por naturaleza, una sociedad de buen gusto y paladar, que nos gusta saborear las pequeñas cosas realizables.

Y si somos capaces de viajar 100 o 500 km para disfrutar un espectáculo cultural, con más razón lo disfrutaríamos en casa.