Un proceso de estrés laboral crónico

SÍNDROME DE BURN-OUT O DEL QUEMADO – Es un tipo de estrés prolongado, parecido a la adicción al trabajo, motivado por la sensación que produce la realización de esfuerzos que no se ven compensados personalmente. Se suele dar en trabajos sociales que implican el trato con personas e importantes exigencias emocionales en la relación interpersonal (personal sanitario, docentes, policías, etc.), que resultan exteriormente en un deterioro, desgaste o pérdida de la empatía.

Se trata de un estado de vacío interior, de desgaste espiritual, de ?infarto al alma?, en el que la persona afectada no sólo ha gastado sus energías recargables, sino que su sustancia ha sido también atacada y dañada. Daños físicos causantes de enfermedades son parte del llamado síndrome burn-out. Se puede asumir que cuerpo, mente y espíritu conforman una unidad.

Especialmente las mujeres son víctimas de este síndrome, con más frecuencia que los hombres.

En especial padecen del síndrome de burn-out personas altamente calificadas y comprometidas, que generalmente trabajan más de 8 horas diarias, en las que los intereses profesionales predominan sobre los intereses personales.

Aunque este síndrome se da mayormente en el ámbito laboral, cada vez más a menudo aparecen casos de burn-out en estudiantes. Los afectados suelen ser personas que se esfuerzan excesivamente en sus estudios o que se sienten «agobiados» en las temporadas de exámenes.

Síntomas de burn-out
Lo principal es un fuerte sentimiento de impotencia, ya que desde el momento de levantarse ya se siente cansado. El trabajo no tiene fin y, a pesar de que se hace todo para cumplir con los compromisos, el trabajo nunca se termina. Lo que anteriormente era motivo de alegría ahora no lo es. Aun cuando se tiene tiempo, se siente siempre estresado.

Síntomas emocionales: Ansiedad, sentimientos de soledad, de alienación, de impotencia o de omnipotencia.

Síntomas actitudinales: Hostilidad, suspicacia, cinismo, apatía, tendencia a no verbalizar.

Síntomas conductuales: Agresividad, cambios repentinos de humor, aislamiento, frecuente enojo, irritabilidad.

Síntomas somáticos: Palpitaciones, hipertensión, dolor precordial, asma, catarros frecuentes, infecciones frecuentes, alergias, dolores cervicales, dolor de espalda, fatiga crónica, alteraciones menstruales, diarrea, insomnio, ulcera gastroduodenal, jaqueca.

Las alteraciones físicas son las mayormente percibidas por el individuo que las sufre y las que causan un mayor impacto sobre su calidad de vida. Los síntomas actitudinales, emocionales y conductuales, son los que más afectan las relaciones interpersonales y son mayormente percibidos por las personas del entorno.

Si estás afectado por este síndrome ¿Qué deberías hacer?
Es conveniente que entiendas que para atender a los demás debes estar en condiciones, y para ello debes cuidar de ti mismo, conocerte tu cuerpo y entender sus señales.

Procura realizar un ritmo de trabajo que no sea excesivo, respetando las pausas de comida, descansos, etc.

Cuando te sientas tenso, haz una pausa y procura hacer una pequeña relajación, para luego continuar.

Di ?no? cuando te encomienden más tareas de las que puedes realizar.

Procura favorecer el trabajo en equipo y reforzar los aspectos positivos.

Establece fronteras entre tu trabajo y tu vida privada, cuida tu ambiente familiar, haz gimnasia, masajes, relajación.

Apóyate en tu red social: familia, amigos, compañeros…

Si ves que no consigues tú solo superar la situación y que desaparezcan los síntomas, acude a un profesional de la psicología que te ayude.

Trabajo realizado por Analí Macuglia (Estudiante universitaria)
Fuentes consultadas:
Wikipedia (La enciclopedia libre) – Silvana A. Savio (Tesista doctoral de la Universidad de Palermo; investigadora externa del Programa de Investigación en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora.) – Dra. Elisa Urbano Psicóloga, sexóloga y Terapeuta.