Pedido de informes por presuntas prácticas predatorias en el río Paraná

La Defensoría del Pueblo recibió consultas respecto de acciones que afectarían los recursos ictícolas en el marco del aislamiento social y de una bajante histórica de la cuenca, por lo que solicitó información al Ministerio de Ambiente y Cambio Climático y a Prefectura Naval.

La Defensoría del Pueblo de la provincia de Santa Fe solicitó a la Prefectura Naval Argentina y al Ministerio de Ambiente y Cambio Climático provincial informes y su intervención ante presuntas prácticas predatorias que se están dando sobre el río Paraná en el marco del aislamiento social, preventivo y obligatorio y de una bajante que, si bien corresponde al ciclo hidrológico, es poco frecuente y durante la cual deben tomarse ciertos recaudos.



La defensoría recibió en los últimos días consultas sobre la bajante extraordinaria que presenta el río Paraná a la altura de las ciudades de Santa Fe y Rosario y sobre acciones que algunas personas, violando el aislamiento, estarían realizando en detrimento de las especies ictícolas. Además, en diferentes portales de noticias y en redes sociales circulan videos e información sobre la pesca indiscriminada, la caza de especies en el humedal y el regreso de incendios en zonas de islas del delta del Paraná.

En este sentido, la Defensoría del Pueblo realizó pedidos de informe al Ministerio de Ambiente y Cambio Climático de Santa Fe y a la Prefectura Naval Argentina para conocer si están al tanto de estas actividades y, en ese caso, qué medidas están tomando para evitarlas.

Al organismo nacional se le requirió que comunique si tiene información sobre investigaciones respecto de causas excepcionales de la bajante y el estado de la cuenca, si están realizando relevamientos y controles, atendiendo al situación extraordinaria del país en relación al aislamiento obligatorio, a fin de evitar comprometer la estabilidad de los recursos pesqueros, la biodiversidad o la riqueza de las especies, y se le pidió además que aporte cualquier información relacionada a la protección del recurso que se esté implementando desde el organismo.

Mientras que al ministerio provincial se le solicitó que informe su protocolo de control en relación a las actividades de pesca en el marco del aislamiento social, las sanciones aplicadas a las personas que no hayan cumplido con las medidas de aislamiento por encontrarse realizando actividades relacionadas a la pesca y/o caza, investigaciones sobre las causas excepcionales e informes sobre el estado de la cuenca, opinión de los organismos encargados del monitoreo del recurso (Consejo Provincial Pesquero, Observatorio regional del Agua) referente a la bajante considerada como extraordinaria por el Instituto Nacional del Agua.

Asimismo, se le consultó si, atendiendo a la situación extraordinaria del recurso y el informe de las áreas técnicas correspondientes, considera la reinstalación de la veda por el período necesario para evitar comprometer la estabilidad de los recursos pesqueros, la biodiversidad o la riqueza de las especies, y también cualquier información relacionada a la protección del recurso que se esté implementando en la provincia.

Al mismo tiempo, en el marco de la Asociación de Defensores del Pueblo de la República Argentina (Adpra), se les solicitó a las defensorías del Pueblo de Corrientes y Entre Ríos colaboración para abordar este tema que afecta a esas provincias.

Más allá de los pedidos de informe, la defensoría destacó que la situación del río Paraná refiere a una bajante extraordinaria, dentro del ciclo hidrológico que tiene un río, y que esto no es en sí el problema, pues ha sucedido en otros momentos de la historia y seguirá ocurriendo. “El problema es la presión que el río debe soportar en este momento. Con presión nos referimos a todas aquellas situaciones que tienen que ver con nuestro uso y abuso del recurso. El sistema en este momento requiere adecuar la capacidad de carga para poder atravesar el momento del ciclo y reacomodarse. Es imprescindible aliviar esa carga”, instó la institución.

En ese sentido, describió que se está “ante un escenario crítico, pues a la bajante histórica que no se daba desde hace 50 años y a la falta de lluvias en la cuenca alta, se suman las presiones que las represas, la falta de plantas de tratamientos de efluentes cloacales y el aumento de la población ha aplicado en el sistema, los impactos que se ejercen en el caudal (efluentes industriales y cloacales, escurrimiento de agroquímicos) y las constantes modificaciones que se realizan en el humedal como sistema de amortiguación”.