Concluyó el juicio por Vanesa Zabala

Con el alegato final de las partes y sus réplicas, y sin que los acusados agreguen nada a lo ya dicho en cuanto a proclamar su inocencia, con pedido de prisión perpetua terminó el juicio por uno de los crímenes más aberrantes de la historia en Reconquista. Aquí los detalles del caso, con algunas cuestiones no aptas para personas sensibles.

El crimen que se juzga es el de Vanesa Zabala, travesti asesinada con brutal ensañamiento y alevosía a la 01:15 de la madrugada del 29 de marzo de 2013 frente a la rotonda en Reconquista, donde era su parada. Y con más agravantes, porque participaron 2 menores de edad y por actuar con odio hacia la identidad sexual de una persona, según los acusadores. Tenía 31 años.

Prisión perpetua pidieron los fiscales y querellantes, con una pequeña variación en la calificación. Es la querella quien agregó la figura del odio a un sexo diferente como agravante.

Absolución aunque sea por el principio de la duda que favorece al reo, pidieron los defensores de los cuatro acusados. Insistieron ante el tribunal que la participación de los acusados en el crimen no fue probada, que en el juicio se develaron contradicciones y mentiras de varios testigos y que se violaron derechos y garantías constitucionales, lo que pidieron sea evaluado por los jueces que atentamente escuchaban las exposiciones: Gonzalo Basualdo, Claudia Bressán e Ireneo Berzano.

Los acusados para quienes se pidió prisión perpetua son:
José Daniel «Chuky» Villasboas, nacido el 18-03-84 en la ciudad de Reconquista, hijo de Carlos Alberto y de Ana María López, estudios secundarios incompletos, D.N.I. 30.788.333. Actualmente preso en la Alcaidía por robo calificado.

Ana Virginia Abasto, nacida el 14-06-86 en la ciudad de Santa Fe y radicada en Reconquista, hija de Luis Aníbal y de Juliana Antonia Ríos, estudios primarios, D.N.I. 30.894.748. En libertad por el paso del tiempo sin condena, luego de 3 años y 1 mes de prisión preventiva sin que se emita siquiera fallo de 1a instancia.

José Luis «Cocido» Petroni, nacido el 18-11-87 en la ciudad de Reconquista, hijo de Feliciano Petroni y Argentina Barreto, estudios primarios, ocupación empleado municipal contratado, domiciliado entonces en Pasaje 45/47 Nº 1.167 del Barrio Islas Malvinas de Reconquista, D.N.I. 33.423.793. En libertad por el paso del tiempo sin condena, luego de 3 años y 1 mes de prisión preventiva sin que se emita siquiera fallo de 1a instancia.

Gustavo Daniel Vallejos, alias “Virulana”, nacido el 27-06-76 en la ciudad de Reconquista, hijo de Oscar Filiberto y de Martina Susana Araujo, estado civil soltero, concubinado, estudios primarios, ocupación desocupado, domiciliado entonces en el asentamiento ilegal Oeste del Barrio Virgen de Guadalupe de Reconquista, D.N.I. 25.388.530. En libertad por el paso del tiempo sin condena, luego de 3 años y 1 mes de prisión preventiva sin que se emita siquiera fallo de 1a instancia.

9 personas estuvieron en la escena del crimen
Eso surge de lo que expusieron los acusadores. En esta causa también habían estado bajo sospecha en el inicio de la investigación, pero luego quedaron sobreseídos: José María «Cuchara» Araujo y su nuera Alicia Susana Maciel, quienes según los acusadores habían estado en la escena del crimen pero sin intervención. De Alicia Maciel se dijo que miraba el crimen en el pastizal desde donde se reía; y Araujo estaba borracho como uva, sin intervención. A ellos no se le siguió proceso y en cambio colaboraron con la investigación. Eran íntimos de los acusados. Villasboas con su pareja Abasto vivían en esos días del crimen en la casa de Araujo, y ahora acusan que ese clan familiar se prestó a un juego de los policías que armaron la causa para hacerlos cargo del asesinato que no cometieron.

Siempre según los acusadores, en el crimen también estuvieron dos hijos de Araujo, que en ese momento eran menores de edad, igual que Juan Carlos Lacuadra. Los tres ya son mayores y el que entonces era imputable (El Araujo que tenía 17 años) ya fue declarado culpable del crimen en el Juzgado Penal Juvenil, pero no le establecieron la pena; y el más chico había sido internado un tiempo en un Instituto del Sur provincial. Los tres también colaboraron con sus testimonios para esclarecer el hecho, dieron los detalles acerca de cómo mataron a Vanesa Zabala y cuál fue la participación de cada uno.

5 horas duró la audiencia final realizada este viernes 15 de diciembre de 2017 en los tribunales de Vera, donde asistió ReconquistaHOY como oyente.

Según los acusadores, el más violento en palabras y acción fue el Chuky Villasboas. Varios testigos declararon que fue él quien arengaba «vamos a matar un puto», y al que no quería ir le pegaba. Y fue él quien le introdujo varias veces el caño en el ano a Vanesa que rompió hasta los intestinos. «Hasta 50 cm ingresó el caño por la vía anal», determinó la autopsia. Además le provocaron traumatismo encéfalo craneano y le estallaron un ojo pegando la cabeza contra un cartel publicitario que estaba en esa esquina de Alfonsín y 57, frente a la rotonda. A Vanesa la tuvieron en posición de «estaqueada» tirando sus cuatro extremos mientras la empalaron varias veces con un caño que fue secuestrado debajo de una cama en uno de los allanamientos. El ADN de Vanesa Zabala estaba allí y eso fue probado, aseguró la fiscalía.

Villasboas, Abastos, Petroni y Vallejos mintieron, cada uno y todos armaron su coartada inventando que hicieron otras cosas esa madrugada, pero todas las mentiras cayeron por declaraciones de los testigos que acreditaron en el juicio.

Según Juan Carlos Lacuadra, él venía de la casa de su hermana cuando lo llamaron a matar gente y al negarse le pegaron. Mencionó que al llegar a la parada de Vanesa, todos fueron encima, Chuky la golpeó y luego le metió el palo en el culo porque quería matar a un puto y fue él quien la golpeó contra el cartel. Cree que el caño era el que se exhibió en el juicio, donde además se encontró el ADN de la víctima.

Susana Maciel coincidió que Chuky golpeó a Vanesa, luego Virginia le dijo que si no ayudaban a matar al puto lo harían con ellos. Y que Cocido Petroni también le pegó al puto. Quien se fue con el caño en la mano es Chuky.

José Facundo Araujo declaró que esa noche estaban tomando con Chuky y éste le dijo para «pegar faso» con el travesti Vanesa. Empezó a pegarle con la mano y con un fierro y le golpeó la cabeza contra el cartel. Lo escondió al palo debajo del colchón de la cama.

Vanesa no pudo defenderse evidenciando que “el ataque fue brutal”, definió la fiscal Jorgelina Moset Ferro.

Diego Joel Araujo declaró que Chuky le dijo vamos a robarle merca al puto y a matarlo. También coincidió que Villasboas le golpeó la cabeza contra el cartel.

Ana Virginia Abastos mintió diciendo que esa noche no salió porque tenía problemas con la policía porque la acusaban que robaba a los clientes, pero fue vista en la esquina de la garita y la complican varios testigos que la mencionan tumbando su coartada. Aquí la fiscal destacó también a un vecino que al enterarse del crimen por los medios de comunicación se presentó espontáneamente como testigo y dio su testimonio que esa noche Virginia le ofreció sexo. Mentira que había quedado en su casa.

La fiscal resaltó que la hermana de la víctima había declarado que Vanesa le había contado que un cafiolo la estaba siguiendo, y le mencionó a Virulana Vallejos. Y según testigos del asesinato, Virulana ayudó a sostener a Vanesa mientras Chuky le metía el caño.

La pareja de Virulana declaró que esa noche la llevó a su casa y se fue «y volvió muy tarde». Y lo complica también un video donde se lo ve a Vallejos a las 00:18 hs en la Esso, a metros del lugar del crimen.

José «Cocido» Petroni aclaró que no le gustan los travestis porque sabe que son hombres, pero también lo complica un mensaje de celular que por error su hermano César le envió a un número equivocado. Esa persona al informarse por los medios del crimen se presentó como testigo y reveló ese mensaje también usado como prueba. “Cocido, vení nomás, no pasa nada con la cana”. Fue el sábado a las 02:30 hs, después del crimen. Además José Facundo Araujo (ya declarado culpable en este crimen) confirmó que Petroni la tenía a Vanesa de las manos mientras la mataron. De su teléfono secuestrado queda clara su gran preocupación por el hecho y luego desapareció de la ciudad varios días.

Sostuvo la fiscal que todos y cada uno de los acusados armó su coartada para negar la presencia en el lugar del hecho, y que todo quedó probado. Aseguró que varios testigos mintieron según para encubrir a los autores.

Síntesis del asesinato según lograron reconstruir los investigadores:
En la madrugada del 29 de marzo de 2013 (semana santa) los reos estaban en la zona roja sexual de Reconquista, en el acceso a Barrio Lanceros del Sauce, desde donde minutos después de la 01:00 fueron caminando por Yrigoyen hasta la Esso y dieron vuelta por atrás tomando la 47 y al llegar a la zona de terrenos baldíos se escondieron entre los pastizales (1,70 metro de altura tenía en terreno privado el lugar del crimen, Alfonsín y 57). Villasboas llamó a Vanesa que estaba en su parada en la banquina de Ruta Alfonsín con Carla Maciel (otra travesti) y Carla dijo que se fue pensando que era un cliente, caminó hacia la garita del Club Adelante para darle intimidad a su colega. En realidad no era un cliente, era una carnada, y cuando quedaron en la oscuridad entre el pastizal todos se lanzaron sobre ella y comenzaron a golpearla. Chuky le rompió la cabeza contra el cartel de publicidad y le hizo estallar un ojo. Luego en el suelo siguieron golpeándola, la estaquearon tirando entre varios de sus extremidades y empezaron a torturarla con el caño que se lo introducían por el ano, varias veces, hasta 50 cm de profundidad según la autopsia, y dañaron hasta los intestinos. También heridas contusas en parietales, abdomen, tetilla izquierda, ambos labios, maxilar, mentón y estallido del globo ocular.

La única defensa de Vanesa fueron sus uñas y el que resultó lesionado es Chuky. Ese acto «defensivo» intentó usarlo la defensa para decirle al tribunal que no hubo alevosía, porque para que haya alevosía el ataque tiene que ser sobre seguro, sin riesgos, maniobra que enfureció a los acusadores y lo demostraron con gestos y muecas en la audiencia. “Todos intervinieron en todo, todos se le fueron encima para causarle sufrimiento y ponerle fin a su vida. Es claro que estas personas estuvieron y no fue algo que planeó la policía para sacarse de encima estos personajes. Hubo crueldad deliberada causando daños innecesarios, dolor y sufrimiento innecesario para causarle la muerte, daños en vida para aumentar el sufrimiento de manera innecesaria, como la introducción del caño en forma reiterada en la zona anal dañando hasta los intestinos. Eso no requiere mayor análisis que la voluntad de causar sufrimiento», remarcó la fiscal Jorgelina Moset Ferro, para quien quedó «claro el sufrimiento, todo en vida».

Todo el ensañamiento lo sufrió Vanesa en vida. Eso dieron por probado los acusadores ya que los testigos que llegaron al lugar del crimen la encontraron agonizando boca abajo, fueron sus últimos movimientos. Dieron crédito de eso Carla Maciel, Sabina Ayala y Paola Ortiz.

Sobre la alevosía refirió a la indefensión de la víctima, el actuar sobre seguro contra ella. Fueron varias personas las que le causaron la muerte aprovechándose que estaba sola en un lugar inhóspito, oscuro y entre malezas. Con tantas personas fue imposible defenderse, más allá de los rasguños.

Finalmente la fiscal sostuvo que «Vanesa no tuvo otra oportunidad de trabajo que no sea la prostitución. La situación la llevó a estar en la calle para subsistir, donde encontró su triste final en manos de personas que tienen desprecio absoluto hacia la vida humana”.

El querellante en nombre de la familia de Vanesa, se demoró una hora en hacer las conclusiones. Fue quien a la alevosía, ensañamiento y la participación de menores le agregó un cuarto agravante que es haber matado por odio a la identidad sexual diferente. Resaltó el Dr. Lombardi que «no es común tantos agravantes del Art. 80 en un homicidio. Recordó que con demostrar cualquiera de esos agravantes ya es condena de prisión perpetua, y acá hay 4 agravantes.

«Se trató de un travesticidio, por eso la forma cruel que asesinaron a Vanesa Zabala. Hubo odio a la identidad de género, no es un crimen cualquiera. Este crimen se explica en el odio por la identidad de género, el travesticidio. Matan por desprecio, por odio. Esta forma de matar no requiere de finalidad que no sea gozar por el odio que se le tiene a un ser humano. El lenguaje utilizado da cuenta de la discriminación, llamando a Vanesa como *el puto*. Todos refieren a Vanesa como *el puto*. En todo momento hablan del puto. Ganas de coger un puto, ganas de matar un puto. Estamos ante un fin de odio», resaltó y refirió a todas las peripecias de esta causa judicial, el paso del tiempo que jugó a favor de la libertad de los reos, no querer aceptar en su momento la querella, etc., «es la cadena final de un travesticidio, de una discriminación estructural contra dicho colectivo».

Sostuvo que Vanesa no quería ser trabajadora sexual pero su familia no la pudo ayudar y es sabido que sus oportunidades de trabajar se vieron complicadas al nacer en un cuerpo equivocado”.

Recordó que la familia de Vanesa tuvo que soportar afrentas incluso después del crimen, como cuando los imputados fueron a la marcha a pedir «justicia por el crimen de Vanesa» e incluso soportar a Virulana que fue al velorio.

Lombardi juzgó que en este caso hubo además «violencia institucional-judicial de parte de la justicia hacia Vanesa Zabala. Tuvieron que pasar 4 años y 8 meses para que se inicie el juicio».

¿Por qué fueron a atacar a Vanesa?.
No nos quedó suficientemente claro. Según enfatizó el querellante, fueron a matarla por odio a su identidad sexual, pero hay quienes también refirieron que la idea era ir a robarle droga que suponían que ella tenía. Entre los autores la droga hizo estragos, en algunos casos contaron que consumen «desde que tenía 9 años». 45 minutos duró su alegato final.

Alegato del abogado defensor de Petroni
El Dr. Enzo Masat sostuvo que Petroni no tuvo ningún tipo de participación con el crimen de Vanesa, que la acusación no demostró su participación, pero además sostuvo que «la muerte no fue probada. Se conformaron con el informe de la autopsia. No introdujeron siquiera el acta de defunción como prueba, que es el medio idóneo por excelencia. La muerte no puede ser tenida como probada», remarcó, lo que exasperó a la fiscal que reaccionó con gestos y a la hora de las réplicas refirió a eso aclarando que no merecía respuesta esa maniobra defensiva.

Hay una «orfandad probatoria bastante palmaria”, remarcó Masato, quien tomó la defensa de Petroni en 2015, asegurando que hasta entonces estuvo abandonado, sin defensa como corresponde. Masat es un abogado particular pero en este caso contratado por el Estado para garantizarle la correspondiente defensa, como obliga la legislación argentina.

Sobre la acusación de la testigo Alicia Maciel, sostuvo que “ni siquiera sabe de lo ocurrido, dio versiones totalmente distintas del mismo hecho en sede policial y luego en sede judicial. Ya en el juicio sumó una tercera versión, todas distintas”. Puso en dudas incluso que la Sra Maciel haya estado en el lugar del hecho, y cargó sobre las imprecisiones en general y contradicciones de los testigos de cargo.

Intentó derribar el valor probatorio de la declaración de un partícipe del delito diciendo varias cosas al respecto. Sobre la culpabilidad determinada en la justicia penal juvenil contra José Facundo Araujo, quien cuando ocurrió el hecho era menor, dijo que ese juicio se hizo sin control de la defensa, «4 veces declaró sin asistencia de un abogado defensor, lo que es un defecto absoluto”, por lo tanto su declaración carece de valor probatorio para este juicio.

Lo propio hizo contra otro testimonio cargoso, el de Diego Araujo, recordando que desde los 9 años jala drogas, y sigue usando y abusando de esas sustancias de uso nocivo. Él mismo reconoce dificultades mentales y hasta sensoriales por los efectos nocivos.

Cargo sobre los acusadores diciendo que en su opinión «se quiere invertir el estado de inocencia.

Negó el ensañamiento porque la autopsia no especifica cuál de todas las lesiones sirvió para dar la muerte a Vanesa.

Negó también el agravante de la alevosía porque sostiene que ella pudo defenderse.

Intentó arruinar también el agravante de la participación de los menores de edad porque eso no fue intruducido por los acusadores en los alegatos de apertura del juicio, como tampoco el agravante de odio a la integridad de género que la querella sumó recién en el alegato final.

Pidió que Petroni sea absuelto de culpa y cargo; al menos por el principio de la duda. Recordó al tribunal que «condenar requiere certeza».

Se opuso a la detención inmediata en caso de ser condenado, asegurando que Petroni siempre estuvo sujeto a derecho y tiene domicilio constituido.

Hora y media después de haber iniciado, con corte de energía en el medio y otra pausa obligada por cuestiones técnicas de la grabación, terminó su alegato reprochando que el Estado tuvo preso a su defendido durante 3 años sin condena.

El alegato final de la defensora oficial de Gustavo Daniel Vallejos, José Daniel Villasboas y Ana Virginia Abasto.

La Dra Silvia Zabala de De La Torre sostuvo que no hay elementos suficientes para sostener la acusación y pedir tamaña condena como se pidió en este debate conclusivo y que le causa zozobra la no preservación de la escena del crimen. A dos días de levantar el cuerpo pasaron hasta topadoras, nada justifica la no preservación del lugar del hecho”; y que los allanamientos se encuentran viciados de nulidad.

Resaltó que Sandra Zabala, hermana de la víctima, declaró en el juicio que su hermana le contó que “alguien la espiaba, que era un cafiolo de apellido Vallejos», pero que nunca informó al juzgado de eso ni cuando prestó declaración. Observa que “hay testimonios plagados de falacias. Me hiere porque estamos ante personas vulnerables, lo era Vanesa, lo son los travestis y los imputados también. Es más fácil hacer caer el peso de la justicia sobre personas que no tienen las posibilidades ni económicas ni intelectuales para hacer prevalecer sus posiciones, opinó, además que hay actas nulas por vicios de contenido, horarios que no coinciden, testigos mendaces, con flagrantes contradicciones; y deficiente actuación policial.

Reprochó que las declaraciones de los menores Araujo son violatorias de los derechos humanos porque lo hicieron sin la asistencia de un asesor de menores, sin representantes de la defensa, sin sus progenitores, nadie les brindó información legal de que se podrían abstener de declarar. «No tenemos que se les haya informado nada. Violaron los derechos y las convenciones de los niños».

Considera que “había un solo norte: los imputados, se basaron en un carácter netamente incriminatorio hacia los acusados”.

Se mostró convencida que “hay violación al derecho de defensa, violación al proceso legal, es una afrenta al sentido común y a la lógica”, donde las pruebas arrimadas carecen de relevancia. Sin estado de certeza no se puede condenar, no se puede condenar con meras presunciones, todo controvertido, discutido, con tantas falacias, no podemos hablar de certezas de nada. Solo hay orfandad probatoria y no se puede condenar sin certeza, no es posible el equívoco, máxime cuando se pide prisión perpetua».

Recordó la presunción de inocencia y pidió la absolución de los acusados, la absolución ante la duda; y arengó al tribunal para» que la pobreza y la prostitución no sean usadas para hallar culpables a mis asistidos»: Abasto, Villasboas y Vallejos. Les pidió que busquen la verdad porque «se lo merece Vanesa, se lo merece este juicio y hace al derecho que asiste a los imputados. La espada de la ley no debe caer nunca sino sobre aquellos cuya culpabilidad sea tan evidente que pueda ser tanto proclamada por los enemigos como por sus propios amigos».

REPLICAS
En las réplicas, la fiscal Jorgelina Moset Ferro creyó que no hacía falta contestar sobre la «la muerte no probada» de Vanesa Zabala que había argumentado el Dr. Masat. Se limitó a hacer gestos y agregó: “no tengo nada que decir al respecto”.

Sobre las críticas por falta de garantías en la sentencia condenatoria sobre el menor Araujo, sostuvo que «no es tema de este juicio». Consideró que la defensa «trata de buscar defectos formales en el procedimiento y cuestiones que no hacen a nada».

El abogado de la familia de Vanesa Zabala en nombre de la querella señaló que decir que no fue con ensañamiento este hecho, con todo lo que se mostró que se le hizo estando via no merecía respuesta por estar en clara evidencia; igual que sobre la alevosía, señalando que más allá que Vanesa «haya intentado defenderse con las uñas», igual el crimen fue con «alevosía». Remarcó que el móvil del crimen fue el odio al diferente, en este caso a un travesti. Al respecto el defensor Enzo Masat replicó que en ningún momento aparece que el móvil haya sido porque era travesti.

Juzgó como “un delirio” que la querella haya reprochado contacto previo del abogado defensor con los testigos. Explicó que él les avisa que tienen que decir la verdad porque sino le faltan el respeto al tribunal, pero también cometen delito. Que tienen que ir y decir la verdad. Rechazó por ser «actitud artera, descalificante hacia la defensa decir que acusó a Sandra Zabala de mentir. De ninguna manera la traté de mentirosa, es una actitud canallesca de parte de la querella. Dijo que le llamó la atención que no haya mencionado antes la persecución que supuestamente le había contado Vanesa.

Le reiteró a los acusadores que son ellos los que tienen que probar el delito, y que los sospechosos estuvieron 3 años y 1 mes detenidos sin una sentencia.

Considera que tendrían que haber profundizado la investigación sobre Carla Maciel (la travesti que estaba con Vanesa en esa parada la madrugada del asesinato).

Gustavo Raffín