Cinco lugares para relajarse y descansar

Presentamos algunos de los sitios donde nos sentimos más conectados con nosotros mismos y con lo que nos rodeaba. Tal vez buscar lugares alejados del bullicio son los más recomendados para poder descansar mejor. No hace falta irse muy lejos pero, siempre que se pueda, intentar conocer nuevos horizontes.







Cabo Polonio (Uruguay): Si tuviéramos que elegir un lugar donde pasar muchos meses sería este. Lo volveríamos a elegir siempre. El Cabo forma parte de un de las áreas protegidas de Uruguay aunque admite un pequeño poblado donde las habitaciones y hostels nunca faltan si uno viaja con tiempo y fuera de temporada (nuestro consejo es evitar diciembre, enero y febrero). La energía y la tranquilidad se aprovechan a cada minuto porque son contagiadas por los habitantes que viven en calma, descansando en hamacas que se balancean silenciosamente. No habrá ningún tipo de interrupciones en el Cabo Polonio y el descanso está garantizo. No hay energía eléctrica pero todas las casas tiene luz solar y eólica. Dar un paseo por las amplias costas, subir al faro, hablar con lugareños son algunas de las exquisitas cosas para disfrutar de un lugar mágico.



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Iruya (Argentina): Ubicado literalmente sobre las sierras en la provincia de Salta. El andar y el vivir se hacen despacito, cuesta arriba, por sus callecitas adoquinadas. Llegar hasta el pueblo es una aventura por alturas de casi tres mil metros con barrancos de paredes agrestes. Desde la vista de la plazoleta, que da a la pequeña y pintoresca iglesia, se puede observar el río corriendo como sangre en las venas. Los pocos almacenes familiares son un recuerdo de años atrás y la calma que rodea al sitio, los vestigios de su pasado.



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Sant Pol de Mar (España): Es un pueblito de aproximadamente cinco mil personas. Ubicado a tan sólo 75 kilómetros de Barcelona, los visitantes pueden llegar en una hora a un lugar donde se respira paz. Con sus callecitas con leves subidas y bajadas, y con el tren de protagonista que le da un toque especial uno se siente cómodo y relajado. No hay ningún atractivo en particular pero se puede conocer unas de las playas más bonitas de la Costa Brava con sólo cruzar las vías. Si tienen suerte, podrán disfrutar de las ferias callejeras de gastronomía y artesanías decoradas con coloridos banderines.



Sant Pol de Mar

Brujas (Bélgica): Sus canales, luces y casitas típicas le dan un toque especial a este lugar. Brujas parece deshabitado, sólo uno entiende que hay vida cuando escucha los pasos de los viajeros o la aglomeración de los turistas esperando dar un paseo en lanchas o bote. Sentarse a contemplar los puentes que a la tardecita se iluminan, dar paseos en bicicleta hacia otros pueblos vecinos o caminar por el parque de los molinos (Kruisvest) son algunas de las actividades que desestresan a cualquier persona que visite Brujas.



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Srithanu (Tailandia): y los pueblos de sus alrededores, ubicados en la isla de Koh Phangan, son ideales para recargar energía. Con sus playas paradisíacas de aguas transparentes, Srithanu ofrece una amplia oferta de lugares donde la meditación, el yoga y los masajes hacen revivir a los viajeros. Muchos pasan por allí por algunos días y deciden quedarse meses. Tal vez sea una buena opción ir sin pasaje de vuelta.



Srithanu