En la zona de islas, camino a Puerto Ocampo, en el campo del Sr. Cracogan, Dora, la madre, nos comentó que su hijo, haciendo una recorrida por el campo, encuentra al ternero en estas condiciones.
«Primero pensó que estaba echado durmiendo, pero cuando se acercó vio que no tenía la lengua, ni nada del maxilar inferior del ternero, como tampoco sus ojos», expresó.
Además, de percatarse de que no tenía nada de sangre y que los bichos, ni los pájaros, caranchos o perros se arrimaron a comer… Increíble…