Cenizas

NACIONALES – NOTA DE OPINION – Las cenizas vomitan tristeza en un desolado paisaje macilento, la erupción del volcán Puyehue sorprendió a la Patagonia Argentina. Por Leonardo Abrahan desde Río Gallegos.Un golpe triste y gris con un efecto colateral que arrastra a los pueblos chilenos y argentinos. La tierra sacudió su bronca lanzando por los aires del sur una nube tóxica y arenosa que enterró las calles, las casas y el verde en una manta oscura, con efecto en la región, empujando el turismo, sembrando desarraigo, cosechando la muerte de los inocentes corderos. “Un manotazo duro, un golpe helado”, escribiría el inolvidable poeta Miguel Hernández.

La desolación se viste en las veredas, los lugareños invaden las calles con palas y baldes; mujeres con barbijos amontonando cenizas en su barrer cotidiano. Los chicos juegan inocentes en las montañas de los desechos volcánicos sin darse cuenta el impacto ambiental al que son testigos ocasionales.

Los lagos, espejos de agua, pasaron hacer una inmensa pileta de arena movediza; imágenes inéditas que atraviesan las retinas para guardarla con el peor de los recuerdos. Perfora la economía, trauma el bienestar general, enciende incertidumbre en lo que vendrá. La vida en la región cambió en estos días desde que se activó el volcán chileno.

Las nubes de cenizas atravesaron el mapa argentino y lo cortó por la mitad, afectando los distintos enlaces aéreos, aislando de los vuelos a una gran parte del territorio argentino.

Alerta rojo en la región más cercana de la erupción volcánica; escasea el agua, los cortes de luz son constante y las reservas hoteleras no existen; los negocios están desiertos, los víveres no se consiguen y los voluntarios se desdoblan para que los habitantes tengan lo necesario.

Leo Abrahan – Rio Gallegos