Prevención y control de las enfermedades en establecimientos educativos

NODO DE SALUD – RECONQUISTA – Para una persona sana la concurrencia o no a clases, en un establecimiento educativo, no constituye un factor de riesgo en la mayoría de las infecciones.Las formas de transmisión (es decir el mecanismo por el cual un agente infeccioso se propaga) de bacterias, virus, parásitos y hongos dentro de los ámbitos educativos pueden ser: por vía aérea, por vía oral-fecal y por contacto directo.

Para algunas enfermedades, como las de transmisión aérea o respiratoria (gripe, virosis respiratoria, varicela), los ámbitos cerrados pueden favorecer la transmisión si no se toman las medidas preventivas adecuadas como ventilar los ambientes, limpieza de superficies, lavado de manos.

Para las de transmisión fecal- oral (diarreas, hepatitis A, parasitosis) el mayor riesgo está en los grupos de edad más pequeños y sobre todo si usan pañales. Las estrategias consisten en lavado de manos, separar las áreas de cambio de pañales de las de preparación de biberones y alimentos, higiene de utensilios y manejo responsable de los residuos.

Para el caso de las de transición vectorial como (chagas, dengue, hantavirus, leptospirosis) el establecimiento educativo no constituye un sitio de riesgo particular, siendo fundamental siempre la limpieza del edificio, el desmalezamiento y eliminación de los reservorios para insectos y roedores.

¿Qué pasa cuando la persona está enferma?

En todos los casos lo importante es que una persona enferma (alumno o personal del establecimiento) no debe asistir a la institución. Y esto se da, por ejemplo, en las siguientes circunstancias:

– Si presenta síntomas de afectación de su estado general (fiebre, dificultad respiratoria, irritabilidad, etc.) o bien un cuadro clínico poco definido y potencialmente peligroso (vómitos sin una causa que lo explique).

– Si presenta diarrea con sangre y moco, lesiones de piel, sarna sin tratamiento, varicela, tos convulsa, neumonía, sarampión, paperas, hepatitis A, dengue, y en otras circunstancias que el pediatra o su buen juicio le sugieran esta precaución.

El tiempo de exclusión dependerá de la enfermedad de la que se trate, de la evolución, del momento en el que se inicie el tratamiento (si lo hubiera) y de la contagiosidad.

Es importante que al reingresar lleve el certificado de alta correspondiente.

Debe estimularse a los padres para que compartan con el personal de los establecimientos educativos la información sobre las enfermedades agudas y crónicas y el uso de medicaciones.

Todos los días el personal debe valorar la condición al ingreso al establecimiento de niños y adolescentes. Si durante el día escolar alguno de ellos da la impresión de estar enfermo, las autoridades del establecimiento deberán comunicarse con los familiares para su oportuna atención.

Estas recomendaciones son brindadas por la Dirección Provincial de Promoción y Prevención de la Salud.