Queridos 28 días

SALUD – NUESTRO CUERPO – Es indiscutible que la mujer sufre cambios somáticos y psicológicos a lo largo de su ciclo menstrual que alcanza su pico máximo en los días previos a la menstruación. Por Analí Macuglia.Está comprobado que seis de cada diez mujeres sufren de dismenorrea (dolores en el abdomen, parte baja de la espalda o en muslos), uff, pues ¿quién no los ha tenido? Echémosle la responsabilidad de estos intensos dolores a las prostaglandinas, que son sustancias químicas presentes en las paredes del útero.

Pero no sólo estos fuertes dolores son los síntomas premenstruales, ya que se presentan otras molestias como: retención de líquidos, dolores de cabeza, tensión en las mamas, aumento de peso y marcados cambios de ánimo. Entre los más frecuentes, cabe destacarlos:

• Tensión con sensación de estar al límite
• Inestabilidad emocional
• Tristeza
• Irritabilidad con choques interpersonales
• Menos interés por las actividades cotidianas
• Dificultad para concentrarse
• Cansancio
• Necesidad de ingerir determinados tipos de alimentos
• Alteraciones en el sueño nocturno

Básicamente, las causas de estos vaivenes anímicos se atribuyen a una combinación de cambios en los niveles de determinadas hormonas y neurotransmisores, entre los que se destaca la serotonina.

Parece existir cierto grado de incidencia hereditaria: el 70% de hijas de madres con síntomas premenstruales presentan las mismas alteraciones.

Pero es bueno saber que existen “remedios”, tanto caseros como farmacológicos (recetados por un médico) para que estos síntomas no se vuelvan tan brutales: como evitar en días premenstruales las grasas vegetales hidrogenadas, facturas, café, frituras, alcohol, gaseosas. Por el contrario conviene incrementar: pastas, pan, arroz, cereales integrales, frutos secos, verduras, carnes blancas, y frutas frescas (en especial, banana).

Pero sin duda, los medicamentos son los que resultan más efectivos. En los casos más leves, analgésicos ANIES (ibuprofeno) mejoran el dolor, pero no tiene efecto sobre los síntomas emocionales. Cuando estos son muy marcados, son útiles los antidepresivos, especialmente de la familia de los IRSS, una estrategia terapéutica efectiva, ya que además alivian los dolores pelvianos. Y se ha comprobado que no hace falta su uso continuo.

Los tratamientos hormonales, incluyendo el uso de anticonceptivos, se reservan para los casos más severos, ya que son efectivos por bloquear todo el mecanismo hormonal del ciclo menstrual.