Enfermedades de primavera: no todo es alergia

Con la llegada de esta tan esperada estación aparecen distintas enfermedades típicas de esta época: resfriados, escarlatina, enfermedades de manos, pies y boca, y gastrointestinales. Es necesario conocer las principales medidas de prevención para toda la familia.

gentileza: Fundación del Centro de Estudios Infectológicos (FUNCEI).

Comienza la primavera, que para muchas personas es la época más linda del año porque florecen las plantas y empiezan muchos planes al aire libre; pero a pesar de que muchos la disfrutan y celebran, la circulación de virus y bacterias aumenta la probabilidad de enfermedades respiratorias y gastrointestinales poniendo en riesgo la salud.

Aunque popularmente se la denomina como “la época de las alergias” existen otras enfermedades presentes y que pueden afectar tanto a los adultos como, especialmente, a los más chicos. En este contexto, Ayudín® junto a la Fundación del Centro de Estudios Infectológicos (FUNCEI) comparten una serie de recomendaciones para esta época del año que debemos tener en cuenta para evitar enfermarnos y poder disfrutar mejor:

Ventilación correcta de todos los ambientes:
La presencia de temperaturas más agradables favorece a la oportunidad de una mejor oxigenación de los ambientes, por lo cual, se recomienda abrir las ventanas para que haya mejor intercambio de aire. El principal factor para generar escenarios donde se propaguen infecciones respiratorias es la concentración de personas en espacios reducidos, por tiempo prolongado, con poca ventilación y con condiciones de hacinamiento.

Mantener una buena higiene de manos:
Las manos constituyen la principal vía de transmisión de enfermedades, debido a que el contagio se produce por el contacto directo con superficies y objetos contaminados. El lavado de manos es fundamental en la prevención de la gripe y de otras infecciones respiratorias. Lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón o con un producto a base de alcohol en casa, en la escuela y en el ámbito laboral contribuye a disminuir las posibilidades de contagio.

Se debe higienizar las manos cuando:
● Antes y después de manipular basura o desperdicios.

● Antes y después de comer, manipular alimentos y/o amamantar.

● Luego de haber tocado superficies públicas: mostradores, pasamanos, picaportes, barandas, etc.

● Después de manipular dinero, llaves, animales, etc.

● Después de ir al baño o de cambiar pañales.

Mantener una adecuada higiene respiratoria:
La higiene respiratoria refiere a las medidas de prevención para evitar la diseminación de secreciones al toser o estornudar. Esto cobra especial importancia cuando las personas presentan signos y síntomas de una infección respiratoria:
● Cubrirse la nariz y la boca con el pliegue interno del codo o usar un pañuelo descartable al toser o estornudar.

● Usar el cesto de basura más cercano para desechar los pañuelos utilizados.

● Higienizarse las manos después de toser o estornudar.

Mantener una buena rutina de limpieza y desinfección:
Primero es necesario aclarar la principal diferencia entre limpieza y desinfección de los ambientes y superficies: Limpiar es remover la suciedad visible, mientras que desinfectar es cuando se elimina el 99,9% de virus y bacterias presentes en el ambiente y superficies que no vemos a simple vista. Entonces, sólo se consigue una limpieza TOTAL cuando se limpia y desinfecta.

Para ello, es necesaria la utilización de un producto que contenga un activo desinfectante que elimine el 99,9% de los virus y bacterias. En este aspecto, la lavandina líquida es un producto accesible que, usado correctamente, elimina el 99,9% de virus y bacterias. Estas rutinas de higiene y desinfección deben realizarse diariamente y su frecuencia dependerá del tránsito y la acumulación de personas, además de la complementación con la ventilación de ambientes.

Principales enfermedades de la primavera
Es muy importante conocer cuáles son y cómo actúan las principales enfermedades que pueden aparecer. Los niños suelen ser los grupos más vulnerables y algunos de los riesgos a los que se encuentran expuestos en esta época del año son:
● Resfrio común: Aunque la mayoría lo padecen en el invierno y la primavera, los resfriados se pueden contraer en cualquier época del año. El resfriado común suele ser una de las consecuencias principales por la que los niños faltan a la escuela. Los adultos tienen un promedio de 2 a 3 resfriados al año y los niños aún más. Los primeros signos generalmente son dolor de garganta y moqueo, seguidos por tos y estornudos[1].

● Escarlatina: Un grupo de bacterias llamado Streptococcus del grupo A (estreptococos del grupo A) causa la escarlatina. Los estreptococos del grupo A habitan en la nariz y la garganta, por lo cual, las personas infectadas transmiten las bacterias al hablar, toser o estornudar, lo cual crea gotitas respiratorias que contienen estas bacterias.

● Enfermedad de manos, pies y boca: es causada por virus y es frecuente en los niños menores de 5 años, pero cualquier persona puede contraerla. Por lo general, la enfermedad no es grave, pero es muy contagiosa. Se propaga rápidamente en las escuelas y guarderías infantiles[3]. Es causada por virus. Tiene mayor prevalencia a contagio durante la primera semana y puede propagarse de la persona infectada a otras personas a través de las secreciones de la nariz y la garganta, el líquido de las ampollas o las costras y las heces[4].

Otra cosa que sucede durante esta temporada es que las personas, en general, suelen cambiar sus hábitos de consumo. Con la llegada de temperaturas agradables, la gente bebe mayor cantidad de agua, consume mayor cantidad de vegetales crudos y, con ellas, surge la probabilidad de adquirir infecciones alimentarias que ponen en riesgo la salud humana por la transmisión de agentes infecciosos. Ya sea por ingestión o la incorrecta desinfección de las herramientas de cocina. Ante ello, nos exponemos a enfermedades como:

● Gastroenteritis viral: es una infección intestinal que incluye la presencia de signos y síntomas como diarrea acuosa, calambres estomacales, náuseas o vómitos y, a veces, fiebre. El riesgo de padecerlo aumenta cuando se consume agua o alimentos contaminados y, aunque no exista un tratamiento eficaz para esta enfermedad, la prevención es fundamental.

Para contribuir a la inocuidad de lo que consumimos, Ayudín® junto a FUNCEI continúan recomendando específicamente los siguientes puntos:
● Usá siempre agua de red o potable para lavar los alimentos, higienizarte o hacer hielo.

● Lavá las verduras hoja por hoja o frutas para eliminar la suciedad.

● Desinfectar el agua que se va a utilizar para limpiar las frutas y verduras con lavandina clásica respetando las dosis de uso del fabricante leyendo la etiqueta.

● Para desinfectar agua, utilizá lavandina apta para este fin. Seguí los siguientes pasos: primero, filtrá el agua para quitar partículas en suspensión, mezclá 10 gotas de lavandina por cada litro de agua y deja actuar por 30 minutos. Respetar instrucciones del fabricante.

Cualquier persona está expuesta a una infección alimentaria, pero existen grupos de personas más propensas como los pequeños, los adultos mayores, personas inmunosuprimidas o con su sistema inmunitario debilitado y las mujeres embarazadas.

Conocer todas estas medidas ayudan a poder disfrutar en familia distintas actividades, previniendo el contagio de las distintas enfermedades que toman fuerza durante la primavera.

Fundación del Centro de Estudios Infectológicos (FUNCEI).