«Perdimos una nueva oportunidad para fortalecer la democracia»

El atentado que sufrió la Vicepresidenta de la Nación contra su vida generó el repudio de casi todo el arco político de la Argentina y parecía que nos encaminábamos hacia la unidad de los argentinos, que trascienda claramente los posicionamientos y discursos intransigentes.

dioniPor Dionisio Scarpín, Senador nacional por Santa Fe (UCR).

Rápidamente, los representantes de las instituciones de nuestro país se reunieron para dejar un mensaje contundente: para la violencia, no hay lugar. Pero además, todos los dirigentes veíamos esta repudiable situación como una oportunidad de frenar con la violencia discursiva y generar ese acercamiento, que permita terminar con la grieta que tan mal nos hace, desde el punto de vista político e institucional, pero también con consecuencias económicas.

Quienes siempre mantuvimos el respeto por el pluralismo y los valores institucionales, no tuvimos dudas al momento de acompañar las acciones urgentes de rechazo al suceso que había sufrido la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Nos pusimos a disposición y esperamos ese llamado del presidente de la Nación que nos convoque a clamar unidos y juntos por la paz entre los argentinos.

Lamentablemente, esa convocatoria nunca llegó y lo que debía ser una condena unánime de toda la Argentina contra un acto de violencia institucional, se convirtió -una vez más- en un acto partidario.

Por un momento hubo un leve intersticio de esperanza que nos animaba a pensar en lograr la paz social.

Por el contrario iniciaron, feriado de por medio, una campaña acusando a la oposición, a los medios de comunicación y a la Justicia por lo sucedido, sin hacerse cargo de nada de lo que nos pasa a los argentinos.

No conformes con todo esto, a la ya repetida frase “Cristina no se toca o va a haber quilombo” o “con Cristina no” se agregó la del senador nacional, Presidente del bloque del Frente de Todos, José Mayans: “¿Queremos paz social? Paremos el juicio de vialidad”. Una verdadera amenaza e intimidación contra la justicia, la división de poderes y la democracia argentina.

O nos quieren llevar a la década del 70, donde los conflictos se resolvían en las calles con violencia o a Venezuela, donde una persona maneja el Gobierno, el Congreso y la Justicia.

Con esta actitud desacertada perdimos la oportunidad para fortalecer la democracia. Esa democracia que hace 40 años abrazamos, porque traía consigo la mayor necesidad de los argentinos: el respeto por la vida y el respeto por las instituciones de nuestro país.