La devaluación multiplica precios y divide al crédito, por Salvador Di Stefano

El plan económico argentino se juega a las dos bandas del dólar, y al doble cero de emisión y déficit. Sin embargo, de no mediar una baja de tasas o un descenso del dólar al piso de la banda cambiaria (para que el Banco central pueda recomponer reservas y darle liquidez al mercado) la economía real tendrá más problemas de los que ya tiene.

La devaluación del dólar de $ 20,00 a la zona de $ 40,00 duplicó los precios de la economía, y dividió los créditos que tenían los consumidores. Los descubiertos bancarios, los límites de tarjetas y otras formas de financiamiento, cuentan con montos autorizados que hoy no satisfacen al consumidor, ya que con dicho crédito perdió poder de compra.

Una tarjeta que tenía autorizada compra en cuotas por $ 40.000 a principio de año, significaba un crédito de U$S 2.000, hoy apenas llega los U$S 1.000 de crédito, y si se descuida, con dicho monto no compras un televisor, una cocina y un lavarropa.

La caída de los créditos a individuos muestra que los consumidores están a la defensiva, cuidan el ingreso familiar, no piensan en compras de productos nuevos, y buscan pagar la tarjeta de crédito para recuperar algo del escaso crédito que tienen, y no caer en la morosidad que los lleva a pagar tasas de interés exorbitantes.

En este escenario la recaudación tributaria nacional hace 5 meses que se repite en torno de los $ 295.000 millones, no crece y tampoco cae por ahora, sin embargo, en dólares tiene una baja significativa, el Estado debe hacer ingentes esfuerzos para no caer en déficit fiscal, los gastos se actualizan por inflación, los ingresos están estancados.

El FMI prometió un desembolso de U$S 6.700 millones, y el swap chino aportaría unos U$S 9.000 millones adicionales a las reservas. Son dólares para la vitrina, es dinero prestado, nada es genuino y tampoco duradero.

Argentina necesita que lleguen dólares genuinos. Para ello definió una banda de precios del dólar con techo en $ 44,00 y un piso en $ 34,00. El Banco Central necesita que el dólar baje el piso de la banda, comprar dólares, incrementar las reservas, monetizar la economía y que la tasa de interés baje.

El dólar mayorista cerró en $ 37,25, se está acercando al piso de la banda, pero le faltaría bajar un 10% adicional. El Banco Central presiona al mercado para que le vendan dólares, para ello sostiene una tasa del 74% anual en letras que les vende a los bancos. La tasa de lebac se ubica en el 62% anual. Los plazos fijos en los bancos ofrecen entre el 45% y 50% anual.

El mix de tasas altas, cero emisión monetaria y déficit cero, nos lleva a una recesión de dimensiones pocas veces vista. Una economía que pierde crédito, no puede sostener el nivel de ventas en el mercado, por ende, se hará difícil que la recaudación tributaria crezca, los empresarios ganen dinero y haya más empleo.

La devaluación del dólar debería impulsar a las exportaciones, y el Estado cobrar las retenciones que le puso a todo el sector exportador. Sin embargo, se han olvidado de un detalle, la cosecha de trigo llega en diciembre, la de maíz entre abril y julio, la de soja desde mayo en adelante. Para peor, la cosecha de trigo representa pocos dólares, menos de U$S 4.000 millones, y el clima le juega una mala pasada.

La costumbre del gobierno de hablar de cosecha record antes de que efectivamente se coseche, los granos se cuentan cuando caen en el silo, contarlos antes es una fantasía.

Con suba de precios por el efecto devaluatorio, perdida del crédito a empresas e individuos, caída en términos reales de la recaudación, alta inflación y sin paritarias a la vista, el mercado ingresa en un cono de sombras en donde muchos comercios y empresas toman medidas para sobrevivir, lo que implica primero financio los gastos de estructura, pago a los proveedores, y si puedo, pago los impuestos, de lo contrario veremos si a futuro me salva una moratoria (historia repetida en el país).

Argentina tiene un futuro increíble, en apenas 4 años cuando Vaca Muerte funcione a pleno, las exportaciones de petróleo y gas serán el equivalente a todas las exportaciones del sector agrícola en Argentina. El país solo debe trabajar para sortear algunos años de ajuste, y luego el problema será que hacemos con todos los dólares que lleguen al país.

No podemos sortear la actual transición por falta de confianza en la actual administración, gobernar es explicar y este presidente inyecta mucho optimismo, pero explica muy poco de como llegaremos a la meta. Estamos enredados en una discusión por las tarifas de gas, recurso que hoy es escaso y a futuro será abundante, pero no podemos resolver el problema en la transición. La consecuencia, el congreso traba la ley vital para salir de la crisis y que lleguen dólares genuinos, el presupuesto 2019, hasta que no se resuelva el problema del gas no hay ley de presupuesto, por carácter transitivo difícil que lleguen dólares, la cotización baje a $ 34,00, se inyecten pesos a la economía y baje la tasa de interés.

En este escenario, los bonos argentinos rinden el 10% anual, el índice merval cotiza en U$S 800 cuando a principio de año vale U$S 1.800, la tasa de interés de plazo fijo en el 50% anual, y hay bonos en pesos ajustados pro inflación que rinden el 8% anual. Activos a precios ridículos, y tasas escalofriantes.

Conclusión

– Estamos en un contexto en donde el consumo privado baja por la falta de financiamiento y pérdida de poder adquisitivo.

– El consumo público se ajusta para poder llegar con chances a la meta de déficit cero, lamentablemente el gasto de capital es el que más baja.

– Las exportaciones no aumentan porque no hay mercadería para vender, somos agrícolas dependientes, y para asegurar que haya poca mercadería el gobierno puso un impuesto a las retenciones a la exportación.

– La inversión no dirá presente con las tasas de interés de mercado.

Si la clase política no hace foco para sortear estos problemas, los ajustes futuros serán más duros que los actuales, ya que el PBI está cayendo, la deuda pública aumentando, la relación deuda/PBI es cada vez más elevada, la tasa de riesgo país no baja, y entramos en círculo vicioso que nos hunde en el estancamiento.

Si los políticos no desean un Bolsonaro argentino, deberían deponer sus diferencias, y hacer foco en superar la crisis.