Itatí, importante base de narcotraficantes

Tres clanes con base en la localidad correntina de Itatí controlan el mercado de la marihuana en siete provincias. A orillas del Río Paraná comienza el negocio de los capos narcos que manejan el mayor centro de acopio de drogas, incluyendo cocaína, según un informe divulgado por Dario La Nación.




El informe publicado por La Nación:
Tres organizaciones narco que operan desde Itatí, una ciudad correntina de 6500 habitantes, fronteriza con Paraguay, son las mayores distribuidoras de marihuana del país y abastecen a siete provincias. Carlos Bareiro, conocido como «Cachito», Luis Saucedo, alias «Gordo» y Federico Marín, apodado «Morenita», son los presuntos líderes de las tres «empresas criminales» que están bajo la lupa de detectives judiciales y policiales.

Las bandas operan de forma coordinada y con aceitados contactos en fuerzas de seguridad y la política, según las sospechas de los investigadores. Se cree que operan desde 2011. Los nombres de los presuntos capos narcos de Itatí y de sus subordinados figuran -según confiaron a LA NACION fuentes judiciales y policiales- en 30 causas en la justicia federal de Corrientes, Rosario, Tucumán, Chaco y Santiago del Estero, donde también tejieron negocios conjuntos con bandas locales, como por ejemplo en Rosario con el comercio de autos de alta gama.

Para dimensionar el poder de los sospechosos, las fuentes detallaron que en diferentes operativos y allanamientos sólo a la «empresa» presuntamente liderada por «Morenita» Marín distintas fuerzas de seguridad le secuestraron 8753 kilos de marihuana en los últimos cinco años.

Se cree que las tres «empresas criminales» con base en la correntina ciudad de Itatí distribuyen en Tucumán, Córdoba, Mendoza, Santa Fe, Chaco, Buenos Aires y la ciudad de Buenos Aires importantes cargamentos de marihuana que ingresan en la Argentina por el río Paraná desde Paraguay.

La cercanía con Paraguay -de costa a costa hay entre 2500 y 3000 metros nutridos de islas- puso a Itatí como una zona caliente del contrabando. Pero la actividad delictiva mutó hace menos de una década. El salto fue veloz: del tráfico ilegal de cigarrillos se pasó al narcotráfico.

Frente a Itatí, en Itá Corá, departamento paraguayo de Ñeembucú, se ubica una de las regiones más permeables al tráfico de estupefacientes provenientes del centro y norte de Paraguay, donde se cultivan por año unas 55.000 hectáreas de Cannabis sativa. Unas 10.000 toneladas de esa droga llegan al mercado argentino, con una parte que es derivada a Chile.

«Itatí es la puerta de ingreso de la marihuana en la Argentina», dijo un calificado investigador judicial. En abril pasado, cuando LA NACION publicó un informe sobre la grave situación del tráfico de droga en esa ciudad correntina, el rector de la basílica de Itatí, Omar Cadenini, calificó la actualidad del narcotráfico como «un cáncer».

«Como todo cáncer, el tráfico de marihuana aquí comenzó siendo algo chico, pero se fue agrandando», explicó el sacerdote. Para las fuentes consultadas, Itatí se volvió clave para el negocio de la marihuana por un escenario geográfico ideal con «varias posibilidades de transportar grandes cargamentos por medios terrestres y fluviales».

Marín está prófugo, con pedido de captura internacional desde enero del año pasado. Lo llamativo es que se fugó dos veces en 11 días. El 29 de enero de 2016 «Morenita» logró zafar después de que efectivos de la Gendarmería Nacional detuvieron en la localidad correntina de San Cosme una Ford F-100 en la que iba Marín acompañado de Rodolfo Botello Da Silva y Ramón Sánchez, dos miembros de su organización.

El 10 de febrero de ese año «Morenita» escapó de nuevo en un control de la ruta 12, cerca de Paso de la Patria. Huyó por una zona de monte. Sus acompañantes, Botello Da Silva y Sánchez, fueron apresados. Este hombre difícil de detener carece de registros de cruces fronterizos, algo que no llama la atención en esa geografía. Pero los investigadores sospechan que está en Paraguay.

Héctor Botello Da Silva está identificado como uno de los lancheros que cruzan la marihuana de manera casi cotidiana desde Itá Corá a Itatí. A veces acopiaba en las islas y cruzaba, casi siempre de noche, al pueblo en pequeñas embarcaciones.. De allí se deriva la droga a los puntos de venta minorista, entre ellos los búnkeres de droga rosarinos.




Rosario está cerca
Con Rosario también tenían otro nexo, a través de dudosas concesionarias de autos de alta gama. En ese entramado actuaba otro de los líderes de estas tres organizaciones, Luis Saucedo, un ex empleado municipal de Itatí, que cobraba la Asignación Universal por Hijo, pero que circulaba por el pueblo en un BMW negro.

En ese auto lo detuvieron el 13 de marzo de 2014, en el kilómetro 1083 de la ruta 12. La titular del vehículo era la rosarina Verónica Noemí Lemmi. La mujer declaró en la Justicia que firmó como titular del BMW para hacerle un favor al dueño de la agencia Montana.

Saucedo reclamó la devolución del auto y exhibió un boleto de compraventa a nombre de Elías Javier Sánchez, conocido como «el Patrón», proveedor de marihuana de la banda Los Monos que tras escaparse fue detenido en noviembre pasado. «El Patrón» intercambiaba cannabis por cocaína en Rosario.

Mientras los expedientes judiciales se acumulan, el cáncer de drogas que enfermó a Itatí, como lo definió el sacerdote Cadenini, parece no detenerse y desde esa pequeña ciudad se abastece a la mayor parte del mercado local.