Desde el comienzo de la democracia en este último y gracias a Dios largo período, fueron muchos más los gobiernos justicialistas que los radicales. Por Atilio Bruno.
Sacando los cinco años y medio del Dr. Alfonsí y los dos de De la Rúa, todos los otros estuvieron en manos del peronismo.
Diez de Menem, dos de Duhalde y doce de los Kirchner, sin dudas, muestran un país gobernado por el justicialismo, por un partido que se manejó en todos esos períodos desde la derecha más exagerada hasta un populismo que para nada fue comunismo en la práctica y aunque algunos dirigentes y grupos como “La Cámpora” y “Tupac Amarú”, en teoría, dicen que son de izquierda.
Menem, directamente empleó recetas conservadoras, a tal punto que Alsogaray se sorprendía, e infinidad de veces lo manifestó, lo superaba en muchas de ellas por lo avanzadas dentro de un liberalismo totalmente aplicado sin anestesia.
Duhalde tuvo que hacer los ajustes para corregir todos esos años de estancamiento, que porque habíamos tocado fondo, el pueblo argentino soportó; pero no pasó a la historia como un buen presidente, pues en definitiva arregló en parte los desastres de su antecesor y ex compañero de fórmula peronista durante todo un período.
LOS KIRCHNER
Llegaron para quedarse muchos años. Fueron populistas-demagogos hasta el hartazgo, amagaron con la izquierda infinidad de veces, pero en definitiva siempre patearon la pelota con la derecha. Fueron corruptos, terminaron con la cultura del trabajo, con los militares para que no los molesten y se colocaron a favor de la Iglesia de acuerdo a sus conveniencias.
ESTA CLARO
No puede el justicialismo hablar de Macri tildándolo de conservador, tampoco de Masa, pues es una astilla del mismo palo y Scioli, convengamos, de peronista tiene poco por su origen, pero mucho por su proceder tan controvertido y armoniosamente cambiante como Menem, su principal ídolo.
Dijo NOVA: “Los momentos que siempre recordaremos llegan de repente, sin hacer ruido”
